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“Yo sueño a mi papá”, reconoce Alina, hija de Cuco Sánchez. Cuando él murió, ella comenzó a verlo mientras dormía: en esa ocasión, ambos viajaban por Viaducto en una especie de carreta que él iba conduciendo; le dijo: “jala, ven y jala”.
Aquella ensoñación, le pareció a Alina la señal de que tenía que hacerse cargo del legado de su padre. Hoy se cumple un centenario del nacimiento del autor de “Anillo de compromiso”, “Grítenme piedras del campo” y “Guitarras, lloren guitarras”. El artista nació en Altamira, Tamaulipas, el 3 de mayo de 1921, y hoy, 100 años después de ese acontecimiento, su hija le recuerda.
“Hace 18 años que lo soñé y se me quedó impregnado en el alma, yo me siento muy satisfecha de poder mantener viva la obra de mi padre todavía, mientras tenga fuerzas lo seguiré haciendo con mucho amor, y los logros que puedo llegar a tener son muy satisfactorios porque creo que es más trabajo de mi papá que mío”, comparte Alina a EL UNIVERSAL.
Para conmemorar el centenario, se prevén varios eventos. Karla Lazo, artista mexicana radicada en Francia, lanzará una nueva versión de “Fallaste corazón”, a dueto con Cuco, y que se sumará a las que ha realizado con anterioridad, como “Anillo de compromiso”, junto a Rafael Jorge Negrete, y “Siempre hace frío”.
Además, a las 13:00 horas, se realizará un video homenaje en la página de la dirección de cultura de Altamira (tierra natal de Cuco), en Facebook.
El mejor conversador
Cuco Sánchez murió el 5 de octubre del 2000. En sus últimos años fue diagnosticado con Alzheimer, condición que no mermó nunca su amor por la música. Hasta hoy, Alina conserva tesoros muy valiosos, objetos como su último frasco de perfume, uno de sus trajes o la funda de una de sus pistolas.
La vida llena de trabajo no impidió que mantuviera comunicación con sus hijos, pues Alina conserva muchas cartas que se enviaban entre viaje y viaje. Un recuerdo que tiene muy vivo es lo buen conversador que era.
Su padre era tan dotado con las palabras que, dice, era difícil permanecer enojado con él por mucho tiempo. Curiosamente, ninguno de sus cinco hijos se dedicó a la música. Ella, por ejemplo, fue maestra de inglés antes de dedicarse a cuidar la obra de su padre.
“Una como hija quiere ver el nombre de su padre siempre hasta arriba, coronado de éxitos y reconocimiento. Lo que yo hago es muy humilde, lo que hago es de corazón y agradezco el apoyo de muchísima gente. Mi mayor sueño es que Dios me dé salud para poder seguir trabajando su obra”, dice la mujer de 76 años.