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Afuera la noche era fría pero adentro del Teatro Metropólitan el escenario se había convertido en una noche estrellada, con una luna llena iluminando a lo alto.
Ahí Ismael Serrano creó una noche mágica con el espectáculo “20 años. Hoy es siempre”.
“Estamos festejando 20 años de carrera, una celebración donde me permito hacer repaso de las canciones y cantar otros autores que hicieron que agarrara una guitarra y me pusiera a componer”, fue lo que dijo Ismael Serrano antes de interpretar “Las cuatro y diez”, de Luis Eduardo Aute.
Un diálogo entre el intérprete y una rosa llevó a los espectadores por una escena de cuento de hadas, de La Bella y La Bestia o El principito, que sería la referencia más adecuada para el ambiente bohemio que este trovador preparó.
“¿Qué haces?”, preguntó la rosa. “Celebrando lo vivido, lo encontrado y agradeciendo al público, y lo haré cantando”, contestó Serrano.
“Sucede a veces”, “Y sin embargo”, “Pequeña criatura” fueron las canciones que siguieron en este recorrido musical por la historia de este artista español.
“Te amo Ismael”, se escuchó el grito por toda la sala y el cantautor sólo atinó a agradecer.
“¿Te acuerdas cómo comenzaste?”, preguntó la rosa.
Entonces Ismael recordó cómo uno de sus amores le regaló su primera guitarra y la vez que un productor le dijo que sus letras no eran buenas, entonces sacó de una maleta un papel con su primera canción “Te vas”.
La bohemia siguió con “Ojalá” de Silvio Rodríguez, “Mi problema” y “Sin ti a mi lado”.
“A veces dicen: sus primeros discos eran los mejores, pero ¿no será que extrañan al autor que era cuando ustedes vivían algo importante? Madurar consiste entender que crecer conlleva renunciar, gracias por acompañarme todo este tiempo”, dijo el intérprete para después cantar “Todo cambia”, de Mercedes Sosa.
“Subir al escenario es para perder el miedo a estar solo, el músico es como un niño chico que necesita que le digan que le quieren”.
Como Ismael no quería estar solo invitó a un amigo de mil batallas, Alejandro Oceransky, con quien cantó “ Ya ves” y la gente se les unió a una sola voz.
“Fue una larga celebración —comentó la rosa—, ya volveremos a estar juntos y buscaremos una razón para celebrar”.
“Felicidades por este nuevo recuerdo”, dijo Ismael.
“Por los que nos quedan pendientes”, respondió la rosa.
“Hasta siempre”, finalizó Ismael, entonces sonó “Vértigo” como despedida.
Pero el público no lo iba a dejar ir tan fácil, entre aplausos y gritos lograron que Ismael Serrano cantara una canción más, “Papá cuéntame otra vez”, un tema que escribió en su juventud dedicada a su padre.