Para la actriz española Elena Rivera, una serie tiene que tener alma y ser humanitaria, si quiere conquistar a los espectadores.
En 2021 ella protagonizó una de las series más populares de España: Alba, que habla sobre las mujeres que sufren abusos sexuales. Desde entonces recibió mensajes de mujeres que se identificaron con su personaje, incluso ella misma quedó mucho más sensibilizada al respecto.
“Al haber interpretado ese papel, me toca más de lo que ya me tocaba porque, como mujer, cuando se ve una serie como Alba, te toca mucho, te sientes en muchas cosas identificada, en momentos pequeñitos como de micromachismos que hay en la sociedad. Una vez que hice ese proyecto y me involucré tanto, recibí una retroalimentación muy dura de chicas que pasaron por cosas parecidas”.
Ahora en la nueva serie Sequía, se convierte en una inspectora de policía llamada Daniela Yanes, que investiga un terrible asesinato cuando unos cuerpos emergen de una casa abandonada tras una inmensa sequía del pueblo llamado Campomediano.
La clave en esta trama, que estrena el 2 de agosto a través del canal Europa Europa, es que su personaje muestra parte de su pasado y su interior conforme avanza el caso y se ve relacionada.
“Hace reflexionar que es una suerte tener una familia que te apoye siempre y que puedas en momentos difíciles ayudarte de ellos, que te ayuden y viceversa. Es cierto, Daniela se encuentra muy sola, pues sólo tenía a su madre, Por suerte, luego descubre que hay mucha gente a su alrededor, que no tienen que ser de sangre, sino que ahí están para todo”.
Se trata de una mujer de carácter fuerte que regresa a su pueblo natal después de trabajar en un lugar muy peligroso.
La serie, que es la primera coproducción entre RTVE (España) y la televisión pública portuguesa RTP, también acaba de entrar a streaming con Netflix, donde ha sido una de las más vistas de España, algo que sucedió con series como La casa de papel, que alcanzó el éxito internacional a través de streaming.
Este trasfondo humano es, según considera la actriz, lo que ha enganchado a las personas a este tipo de historias.
“Cualquier historia que se cuenta, si tiene alma detrás y hay unos personajes con los que la gente empatice, puede triunfar. El espectador cada vez es más listo y, como vemos tantas cosas, sabemos distinguir si algo está metido con calzador. Pero si el espectador empatiza con esa historia porque hay humanidad, entonces realmente te engancha”.