Sombra en el párpado para darle caída a los ojos, un depilado de cejas y el uso de prostéticos que permitan darle al rostro un tinte de madurez ha sido parte de la fórmula para que se transforme en Luis Miguel. El “científico” es Alfredo Mora, quien durante dos temporadas de ha sido jefe de departamento de maquillaje, desde el cual se realizó la investigación para dar el look acorde a los 80 y 90.

El maquillaje en el audiovisual no es solamente para realzar los rasgos de una persona sino para diseñar la cara del personaje y corresponda a la ambientación de la producción.

“En la primera temporada, a Diego le ponía una sombra en el párpado que le ayudaba a que los ojos le bajaran un grado y entonces los cerraba un poquito, son cosas sutiles que no se ven pero se sienten”, cuenta.

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El especialista es alguien que sabe lo que es trabajar en historias de época, como en El baile de los 41, situada en los albores del siglo XX; Malitzin, la historia de un enigma, en el periodo de la llegada española a México, y la ochentera, Yo no soy guerrillero.

Para "Luis Miguel, la serie", Mora se hizo de todo tipo de materiales en video disponibles en Internet o fotográficos proporcionados por amigos y conocidos.

“Nos apegamos al look de acuerdo al año. En la segunda temporada hemos usado prostéticos para la idea del tiempo, ya es un Luis Miguel maduro, en donde tenemos que verlo más elegante. Mi trabajo era dar los toques finales y checar el tono de piel; si se tenía que ver un poco crudo (tras una fiesta) entonces era hacerlo pálido, le ponemos un poco de claros y todos esos detallitos”, detalla.

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El diseño de los prostéticos fue hecho por Bill Corso, ganador del Oscar por su labor en Lemony Snicket, una serie de eventos desafortunados y nominado en dos ocasiones gracias a Foxcatcher y Perdiendo el control.

En las primeras pruebas de maquillaje con prostético, recuerda Mora, hasta más de seis horas se tardaban en el proceso; ya durante el rodaje lo acotaron a dos horas y media.

“Los prostéticos son piezas muy finas que deben ser colocadas con precisión milimétrica, es casi el equivalente a una cirugía estética sin usar bisturí, si lo colocas sobre la línea del rictus y queda más arriba, se nota”.

Trabajar en época pandémica también significó ciertos obstáculos, pues el uso de doble cubrebocas y careta para el departamento de maquillaje, restaba capacidad respiratoria y cierto grado de visión.

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“Para Diego, se nos permitió que no se usara (tapabocas) por el prostético, porque éstos se adhieren a los cubrebocas”, explica Mora.

8 CAPÍTULOS tendrá la segunda temporada de la serie de Netflix.

2 HORAS Y MEDIA fue el tiempo final que se llevó.

Paso a paso

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