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Un grupo de campesinos obligado a trabajar en un campo de marihuana mexicano, y cuyos integrantes son testigos del fin del mundo, llegará a Morelia.
La cinta Sanctorum, ópera prima de Joshua Gil, formará parte de la sección oficial Largo Ficción en el certamen que se realizará en octubre próximo.
“Hay abusos y señales; los narcos son como sus jefes y también está el ejército. Hay un niño cuya mamá desaparece y queda con la abuela.
“Es una película con tintes metafísicos, más apegado a lo que sucede en un ámbito emotivo, científico, natural, con una parte de poesía, es una película que está hablada totalmente en mixe”, detalla Gil.
Se estima que el mixe es una lengua que es hablada por cerca de 100 mil personas en Oaxaca.
Sanctorum utilizó a actores naturales y fue filmada en un campo real de marihuana, cuya ubicación se reserva el realizador.
“Nos lo rentaron, tuve un apoyo, estuve buscando el lugar durante meses, fue un proceso de investigación fuerte, hasta que llegamos a él”, indica el realizador.
“No hay ningún actor profesional, sino gente de la sierra, llegué con 30 páginas de guión y me iba fijando lo que pasaba para darle, ahí hay una cosmogonía particular”.
Antes de presentarse en el FICM (por sus siglas) será la responsable de cerrar la Semana de la Crítica en Venecia, uno de los más importantes festivales del orbe.
A Morelia llegará con el antecedente de haber asistido dos veces anteriores, buscando apoyos en su fase de desarrollo de proyecto y de posproducción.
En la sección competitiva del certamen se medirá, entre otras, a Polvo, de José María Yazpik, Esto no es Berlín, de Hari Sama y La paloma y el lobo, de Carlos Lenin.
En la lista se encuentran, también, Heridas de verano, de Sebastián Padilla; Mano de obra, de David Zonana, El paraíso de la serpiente, de Bernardo Arellano y Territorio, de Andrés Clariond, junto con Ya no estoy aquí, de Fernando Frías.
La película quedó terminada la semana pasada, lista para proyectarse en Venecia.