Luego de un inicio caluroso en el Festival Ceremonia, el español Rusowsky llegó al segundo escenario más importante del evento para no solo cantarle a su público mexicano, sino también fortalecer a través de dedicatorias el vínculo que existe entre él y su gente de México.
“Gracias México, gracias por estar aquí, para mí significa muchísimo, hoy cantaremos canciones que probablemente sea la última vez que las cante en vivo, es mi primer festival en México entonces ha disfrutar”, dijo Rusowsky, que salió al escenario con un gorro ruso, haciendo honor a su apodo y botas con pelaje.
Trap, rap, electrónica, dance, balada y hasta bachata fue lo que el español interpretó durante su presentación, que estuvo acompañada de luces estroboscópicas, y los brincos de su público. Rusowsky aunque con cansancio por momentos interpretó sin playback aunque sí con autotune todas las canciones de su repertorio.
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Quien no lo hizo de la misma forma fue el puertorriqueño Álvaro Díaz, que con reggaeton pero también con trap como su principal fuerte, se apoyó en el playback para el concierto que ofreció al público mexicano.
Sin embargo este último, lejos de recriminarle la acción, por demás notoria de realizar playback, lo respaldó, y bailó, e incluso acompañó al artista coreando casi todas sus canciones.
Desde “Mil canciones” hasta “Reyna pepiada”, el boricua logró presentarse por primera vez desde el 2016 en el Ceremonia, aunque está ocasión, a diferencia de la de aquellos años, en el escenario principal.
Álvaro no dejó pasar el agradecimiento a su gente y calificó al mexicano como “el mejor público que existe en el mundo”, y el público se emocionó con un grito.
El show de Díaz concluyó a las 10:34 a una hora de comenzar el show de Kendrick Lamar en el escenario principal, y los empujones, los insultos, los codazos entre el público para obtener un buen lugar para este escenario se hicieron presentes.