Más Información
En 1982, Rosita Pelayo se convirtió en una figura emblemática de la televisión mexicana, marcando una era con su participación en el icónico programa juvenil "¡¡Cachún cachún ra-ra!!".
“Uy, ya pasaron muchos años, ¡eran los alegres 80! Fueron divertidos, qué padre fue esa época la verdad, pero ni modo, todo pasa”, dice.
Lee también: Rosita Pelayo recibe ayuda económica: necesita cirugía urgente para que le quiten un tumor
Sus palabras resuenan con nostalgia y cariño por aquellos vibrantes días. Hoy, Rosita se enfrenta al periodo más desafiante de su vida.
Desde 2007, ha lidiado con la artritis reumatoide degenerativa, una lucha constante que se ha complicado aún más este año con un diagnóstico complicado: cáncer de colón.
Sometida a una cirugía en agosto, Rosita ahora se encuentra en medio de un intenso tratamiento de quimioterapia y radioterapia, en espera de recaudar fondos para extirpar tres tumores a inicios de 2024.
La comunidad actoral de México, incluida la Asociación Nacional de Actores, se ha unido en solidaridad. Algunos la han apoyado con dinero, colectas y palabras, algo que esta actriz de más de 40 producciones valora.
Ella hace lo que le toca: sin perder el sentido del humor, habla con EL UNIVERSAL sobre cómo afronta incluso con sentido del humor este nuevo reto, a unos días de su cumpleaños 65, que será el 19 de diciembre.
Lee también: Un día llamé al banco y me dijeron que tenía cero pesos: Rosita Pelayo
Para empezar, de su experiencia espera transmitir algunas enseñanzas a los jóvenes: “Cuídense, el problema es que no lo hacemos, entonces llegamos a la llamada ‘edad de oro’, que no es así, y es una fregadera la vejez”.
-¿Cómo recibe su cumpleaños?
No puedo ni comerme un pastel, pero bueno, una tinga de pollo sí y una nieve de agua. Me voy a juntar con unos dos o tres amigos para pasarla bien.
-Pero estará contenta de voltear y ver lo que ha logrado...
Sí, estoy feliz. Sí me bajó un poco el ánimo el que me detenga la enfermedad, pero estoy buscando opciones que me ayuden a moverme, tal vez camine como chencha, pero lo lograré.
-¿Cómo afronta estos momentos?
Todos los días es empezar de nuevo. Yo espero que mi futuro mejore y no llegue a una súper viejita peor de lo que estoy ahorita, porque la vejez es muy difícil, duele hacerse viejo, no funcionas igual, tu mente ya está en otras cosas, la gente se desespera, para mí pensar en la vejez sí es complicado.
-Usted siempre ha tenido una vida muy activa...
Sí, me cuidé, no una cosa que digas qué bruto, porque sí le bebí, sí fumé, me desvelé, cosas que de joven uno dice, ‘qué tiene, qué me va a pasar’, pero la realidad es que el organismo a veces cobra la factura.
-En su juventud, ¿usted cayó en drogas o algo por el estilo?
Yo las evitaba porque la verdad me daba miedo, pensaba: ‘-No sé qué voy a sentir, no voy a tener control y me daba miedo’, nunca le entré a nada de eso; pero mi tequilita sí, eso sí, y cigarrito también, creo que en los 80 la mayoría de la gente fumaba.
-¿Cree que su generación era más sana que la actual?
Lo peor de todo es que hoy los jóvenes tienen más conciencia de lo que les va a hacer daño, tienen mucha información y no actúan. En aquel entonces también se rolaban las drogas y el alcohol, pero siento que en la actualidad, las drogas tienen más química, las cosas están peor.
-¿A qué le da prioridad, hay espacio para el amor?
Lo que más me importa hoy es curarme, además ya tuve harto hombre, la pasé muy bien, me divertí, la goce tremendamente con tanto novio, jóvenes y mayores, guapos o poco agraciados, y estuvo fantástico, pero ahorita lo que quiero es componerme y trabajar.
-¿Qué significa para usted estar arriba del escenario?
Es la vida, es mi respirar; para lo que vivo. Mi trabajo es lo máximo. Subir al escenario es un gozo porque arriba sientes que estás en otra vida.
-¿Su operación tiene fecha?
No, me dijo la oncóloga que para que me quiten la bolsa deben pasar seis meses, apenas llevo tres, así que debo juntar (dinero) para entonces, pero no sé qué va a pasar porque para entonces yo ya habré estrenado la obra de teatro que estoy preparando con Rafael Perrín, vamos a ver qué sucede.
-Háblenos de esa obra...
Se llama A vuelta de rueda, es libreto de Mauricio Pichardo y voy a estar en escena con Juan Carlos Colombo y Rafa Perrín en la dirección. Estoy con esa ilusión y estoy tratando de estudiar. Voy muy lento, porque la verdad me tiene agotada y agobiada la radioterapia, es desesperante, pero con dormir un poco me hace bien.
-Es el último tramo del camino...
Ya quiero que pase porque además no me dejan comer nada, es espantoso, es lo único que sufro, ah, y no tomar café.
Dentro de todo, la oncóloga me felicitó; me dijo que mi organismo estaba casi como el de una quinceañera, y eso me pareció muy lindo, porque hasta el momento no me ha afectado la quimioterapia y mis análisis salieron de 10.
Eso quiere decir que tengo más porcentaje de curarme. Ya falta poco.