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Fiel a su estilo, el cantautor brasileño Roberto Carlos fue todo un caballero en el primero de varios conciertos que ofrece en el país y, además de complacer al público con sus más grandes éxitos, repartió docenas de rosas.
El intérprete apareció ante 10 mil personas en el Auditorio Nacional, la noche del viernes, con un llamativo traje azul para iniciar su espectáculo con ritmos latinos y dar paso a un sinfín de “Emociones”.
Su voz suave y melancólica estremeció a los asistentes con “¿Qué será de ti?”, “Cama y mesa” y “Detalles”. Entre besos y suspiros también se escuchó “Desahogo” y “Lady Laura”, dedicada a su madre.
Con 77 años, Roberto Carlos sigue consolidándose como el distinguido “Rey de la música latina” con sus interpretaciones de “Mujer pequeña”, “Propuesta”, “Cóncavo y convexo” y “O Calhambeque”.
Entre anécdotas, revelaciones y solos de saxofón, guitarra y piano, el escenario comenzó a pintarse de azul para estar ad hoc con “El gato en la oscuridad”.
“Este año tuve una alegría muy grande ya que tuve el privilegio, el honor, de grabar un dueto con un gran músico y gran persona: Alejandro Sanz”, dijo el brasileño antes de cantar “Esa mujer” acompañado de una grabación del español.
“Ese tipo soy yo”, "La distancia”, homenaje a Carlos Gardel con “El día que me quieras” y “Amigo” resonaron antes de mostrar su lado más dadivoso y, al ritmo de “Jesús Cristo”, repartir varias rosas rojas y blancas al por mayor.
Pese al tierno y ya tradicional gesto, el público no quedó conforme y “exigió” un tema más. Fue así que el cantautor regresó al entarimado con “Amada amante” para volverse a despedir.Pasaron unos cuantos segundos y reapareció, ahora con “Un millón de amigos” y se marchó; los aplausos y gritos continuaron. Al fondo del escenario una silueta azul se acercó nuevamente al centro para cerrar el concierto con un guiño a Agustín Lara: “Solamente una vez”.