Quedan pocas horas para que termine 2019 y una nueva etapa se abra paso para recibir 2020 con las mejores vibras y una buena actitud. La Médium de las estrellas Yanza Tormenta explica un par de rituales que ayudarán a lograrlo.
“El mejor día para realizar magia es el 31 de diciembre, mucha gente espera para hacer sus rituales el día primero o el 3 de enero, pero no, tenemos que comenzar a trabajar con la magia que nos conecta con el universo iniciando por cerrar ciclos para poder abrir nuevos caminos”.
Yanza comenta que antes de comenzar con los rituales, los primero que hay que hacer es limpiar la casa, este paso facilita que lleguen nuevas oportunidades.
“Por la casa entra todo, una casa cuando está mal nos atrae pobreza, nos da mucha pereza y hace que no nos rinda el dinero; cuando una casa está en armonía todo empieza a fluir”.
Ingredientes:
-Un ramo de hierba abrecamino
-Cascarilla (un gis hecho a base de cáscara de huevo)
-Loción de mandarina
Preparación:
Hay que esparcir un poco de polvo de cascarilla sobre el ramo de hierba abrecamino, mientras se hace esto, se va pidiendo lo que se desea, que se termine toda mala energía, se elimine todo obstáculo para prosperar, etcétera, para después rociar sobre lo preparado la loción de mandarina. Después se tomará el ramo y se azotará con él todas las paredes de la casa, para terminar todo lo malo. Finalmente se mete el ramo en una bolsa (biodegradable de preferencia) y tirarlo en un canal de aguas negras.
Es importante que se haga el día 31 de diciembre a las 10 de la mañana.
Ingredientes:
- Una cartera o monedero nuevo
- Azúcar mascabado
- Un plato blanco
Preparación:
La cartera o monedero que se usó este año, ya no puede utilizarse en 202, porque se tendrá la misma economía que se tuvo en la etapa que termina. Hay que quemarlos, como una manera de entregarlos a la Madre Tierra en agradecimiento por lo que nos ayudó y de inmediato consagrar unos nuevos con un proceso muy sencillo.
Se rellena el nuevo monedero o cartera con azúcar mascabado, y después se coloca en un plato blanco a la luz de la luna la noche del 31 de diciembre.
Al día siguiente se vacía él azúcar en una maceta o en un jardín, para posteriormente llenar la cartera o monedero con billetes para usarlos todo el año y verán el cambio.