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Los Ángeles.— Han pasado 35 años del estreno de Cinema paradiso (1988), cuyas imágenes e historia del director Giuseppe Tornatore hicieron nido en los corazones de millones de cinéfilos. Parte fundamental de ello es la música de Ennio Morricone, compositor al que este otoño el Museo de la Academia le dedica un homenaje de 15 proyecciones.
Morricone, quien falleció a sus 91 años en 2020, dejó un legado de 500 composiciones de cine y televisión (además de 100 partituras fuera de las pantallas), desplegadas en seis décadas. Consiguió un Oscar honorario en 2007 y uno más por su partitura de Los 8 más odiados (2016), de Quentin Tarantino.
“Feliz de celebrar a Ennio Morricone en el Museo de la Academia porque es un lugar importantísimo para toda persona que ama el cine. Al estar erigido en la ciudad de Los Ángeles, me da una satisfacción extra; pues es aquí donde inició mi éxito como director de Cinema Paradiso.
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“Esta película es la primera que hicimos juntos. Rendirle homenaje a Ennio con esta proyección y el ciclo organizado por la Academia es muy emocionante para mí”, compartió a EL UNIVERSAL Tornatore, de 67 años, previo al evento privado de gala en que se proyectó Cinema paradiso, en su versión restaurada y digital 4K.
Nacido en Sicilia, Italia, Tornatore contó en Cinema paradiso la historia de cómo el paso del tiempo cerraba las salas cinematográficas, antes punto de reunión de comunidades. El filme se volvió un fenómeno mundial que conquistó el Oscar a Mejor película en lengua extranjera. Cuenta la amistad del proyeccionista Alfredo (Philippe Noiret) y Toto (Salvatore Cascio y Marco Leonardi), quien crece para volverse cineasta. En medio, una historia de amor inconclusa entre Agnese Nano (Elena) y Toto.
“Cinema paradiso existe con la música de Morricone y la gente la recordará así. Eso es lo más importante, porque la contribución de Ennio con los actores ha llevado a la cinta a ser lo que es hoy”, explicó Tornatore sobre su compatriota.
Con el ciclo Ennio Morricone: partituras esenciales del maestro del cine, el Museo de la Academia hasta noviembre irá proyectando cintas como El bueno, el malo y el feo (1966), La batalla de Argel (1966), 2 mulas para la hermana Sara (1970) y Erase una vez en América (1984), representando la contribución de Morricone al cine, cuya música enriqueció el trabajo de cineastas como Tornatore, Tarantino, Sergio Leone, Franco Zeffirelli, Pier Paolo Pasolini, Brian de Palma, Pedro Almodóvar y Terrence Malick, entre varios más.
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“En 32 años con Morricone se gestó una gran amistad entre nosotros; pero una vez que nos sentábamos a trabajar nunca permitimos que ser amigos afectara nuestra labor profesional, teníamos apasionantes discusiones y siempre buscábamos ser productivos”, cuenta Tornatore.
“Extraño de Ennio muchas cosas: su generosidad y simpatía, su ironía e incluso su rigor en el trabajo y en la vida. Echo de menos su enorme capacidad inventiva y de entrar en un contexto narrativo de forma natural con su música, encontrando de inmediato la solución musical más sorprendente para cada película e historia”.
La celebración al autor de soundtracks como Los intocables, Frantic y Malena, tuvo su punto más alto esta semana al proyectarse en Italia el documental Ennio (2021), del propio Tornatore.
Son tres horas de entrevistas al músico en su casa, así como a colegas compositores como John Williams, Hans Zimmer, Quincy Jones, Bruce Springsteen. También algunos directores como Tarantino, el propio Giussepe y Roland Joffé (por La misión, 1986), cuentan la historia de Morricone, revelando nota por nota cómo es que cambió al cine para siempre.