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La edición 2020 del Festival de Cine de Sundance recibió este fin de semana a la cinta mexicana Blanco de verano.
Como parte de la selección oficial World dramatic competition, la ópera prima de Rodrigo Ruiz Patters, tuvo su premier retratando una realidad diferente a la que se acostumbra ver en el cine nacional, así lo explica la actriz Sophie Alexander Katz.
“Definitivamente creo que hay un sector de la sociedad que no se siente representado en nuestro cine y esta es una oportunidad para apelar a otro sector distinto que no tiene que ver con la clase media alta de las comedias románticas que está muy bien que existan”, dice en entrevista con EL UNIVERSAL.
La historia fue filmada en Nextlalpan, en el Estado de México, y sigue la vida de Rodrigo (en el debut en cine de Adrián Rossi) y su madre Valeria (Alexander-Katz) quienes llevan una relación codependiente que se ve afectada cuando llega su novio Fernando (Fabián Corres).
“Adrián es un nuevo talento actoral mexicano, no sé si vaya a querer ser actor pero aquí deja claro que tiene potencial y sabe cómo ser dirigido y monitorear sus emociones”.
Para Sophie, presentar la cinta en el extranjero fue un momento lleno de emoción, no sólo por tratarse también de la primera vez que la veía ya terminada sino porque la respuesta de la gente fue tal que, incluso hubo llanto en la sala donde, asegura, más del 70% era público estadounidense.
“La gente en otros países puede ver ese México que no ven, que no es el del sombrero charro de los años 50, el narcotráfico, la trata, la migración”, comenta.
“Es una madre y su hijo con fracturas de personalidad y cometiendo errores que los llevan a envolverse en una historia caótica”.
De acuerdo con Alexander, después de su paso por Sundance, Blanco de verano seguirá su trayecto por festivales.
Su corrida comercial por cines nacionales podría llegar hasta 2021, aunque la producción de Rodrigo Ruiz Patters espera que para finales de 2020 pueda presentarse también en algún festival en México.