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El último trabajo cinematográfico del director mexicano Eugenio Polgovsky, Resurrección, por fin verá la luz luego de que falleciera en agosto del año pasado. Sin embargo, tanto los involucrados como su hermana Natalia, esperan que el trabajo, además de hacer un llamado a la sociedad y al sistema político, sirva como homenaje para su carrera.
“Eugenio confiaba en el cine documental y en el arte como medio de transformación. No solamente quería mostrar la situación de Juanacatlán, sino que también quería recuperar las memorias del lugar y de todo eso que se estaba perdiendo junto con la cascada.
“(Eugenio) está con nosotros en su película, en nuestros corazones y en nuestra vivencia”, afirmó Natalia Polgovsky, quien fungió como sonidista en esta cinta.
Este trabajo muestra el deterioro del legado del Río Santiago, en la comunidad de El Salto en Jalisco, y cómo el conocido “Niágara mexicano” se ha vuelto tóxico a niveles desproporcionados.
Graciela González y Enrique Enciso, quienes forman parte del colectivo Un salto de vida, expresaron que esperan que el trabajo —que llega a la pantalla grande este viernes— sirva para el cambio y recuperación de ese territorio natural.
“Yo imagino que sí va a mover a la gente. Hay mucha efervescencia tratando de buscar el remedio, pienso que este documental la ha traído, ya que se ha ido proyectado y viendo poco a poco. Hace tiempo llegamos a platicar Eugenio y yo y decíamos que era un proceso que debía cocerse a fuego lento, y ahora con la transición política va a desencadenar más. Pienso que este documental ha abierto las puertas para su visión. Ojalá y se posicione y tenga buenos frutos”, dijo Enciso.
Por su parte, González añadió que anhelan que el trabajo de Polgovsky sea una llama que perdure y que además sirva para que más personas y sectores del gobierno volteen a ver y pongan de su parte para resanar un problema que lleva años gestionándose sin que nadie ponga un alto de por medio.
“Eugenio era sensible y muy entendido de su trabajo. (Su trabajo) Es una alegría para nosotros como comunidad afectada pues es una puerta hacia la resurrección de nuestro territorio.
“Necesitamos que se mueva lo relacionado con las normas mexicanas que regulan este asunto de la contaminación. Hay muchas trabas a nivel legal, y la otra es en el ámbito político para que haya esa nueva negociación entre los ayuntamientos y los sectores productivos que se asientan en el territorio”.