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Si bien el musical Avenida Q tendrá su cuarto montaje en México (estrena en el Teatro Milán el 26 de junio) los actores del elenco aseguran que es muy diferente hasta lo hoy visto, pese a que es el mismo texto escrito por el dramaturgo estadounidense Jeff Whitty en 2003.
“Tiene un sello característico, nuestros creativos (Álvaro Cerviño, director de escena, David Federico director musical y Manu Martínez escenógrafo) le han dado su estilo a la obra desde la traducción, porque si no sería muy aburrido, está más mexicanizada sin perder su esencia original”, comento la actriz Majo Brunet.
En Avenida Q se desarrolla la historia de Agustín, un joven recién graduado de la universidad que no sabe qué hacer con su vida, pero cuando llega a vivir a este lugar se topa con peculiares e irreverentes personajes, que lo ayudarán a descubrir por fin cual es su objetivo en el mundo.
“Aunque se maneja un humor ácido, la obra tiene un mensaje en cada uno de sus musicales y en los temas que trata (homosexualidad, adicciones, desempleo, etcétera), además es una obra hermosa, es un musical de Broadway como tal”, explicó Bastián, para quien esta es su segunda obra y da vida a los personajes de Nicky, el amigo que todos quieren tener, y Trekkie Monster, adicto al porno.
Majo Brunet también tiene la complicada labor de dar vida a dos personajes totalmente opuestos, Lucy Lujuria y Kate Monster, es decir la chica sexy y la niña buena onda.
“Sobre todo cuando tengo a los dos puppets en escena al mismo tiempo y tengo que dobletear la voz, mi mente quiere explotar pero al mismo tiempo se divierte mucho”, dijo Majo.
Trabajo. Para realizar esta hazaña, tanto ella como los otros 10 actores, están tomando desde diciembre un taller de manejo de puppets con Álvaro Cerviño, director del musical, que no sólo les enseña a manipularlos, sino a lograr darle la intención y energía a la marioneta para que sea ella quien cuente la historia y no el actor.
Maripaz Herrera comenta que la dificultad también es para los que no trabajan con puppets, como ella, porque tienen que acostumbrarse a dirigirse a los muñecos y no a sus compañeros actores.
También aclara que el hecho de que existan personajes estilo Plaza Sésamo, eso no significa que se trate de una obra que puedan ver los niños, porque se utiliza un lenguaje y situaciones no aptos para ellos.
“Es como si fuera una obra para educar a los adultos, tampoco es que sea una obra muy grosera, las cosas que llegamos a decir están justificadas”, dijo Herrera. Ella alterna el personaje de Cerezo en Flor con Aurora Wonders, una reconocida figura de la comunidad LGBT, haciendo inclusivo este montaje, como quería su productor Adrián Fernández.