Antes que ser actriz, productora y escritora, Regina Carregha se reconoce como una migrante que busca cambiar los estereotipos y resignificar el concepto que el mundo del entretenimiento todavía posee de los mexicanos .
“Soy morena, gritona y de curvas, en México veía muchas telenovelas y nunca me vi representada, y en la televisión de Estados Unidos tampoco, entonces a mis 25 años me dije: ‘crea tus propias oportunidades, si no hay papeles en la industria para ti, tú escríbelos, tú encuentra cómo sí se puede’”, dice en entrevista.
Decidió salir del país y abrirse camino en el difícil mercado estadounidense , su idea es nunca representar a los mexicanos como los villanos, los narcotraficantes , los trabajadores domésticos “porque no somos nada más eso, somos mucho más”.
Así comenzó su andar por los círculos del arte independiente de la Gran Manzana , con trabajos como la pieza “Carta a toda mujer”, y que puede verse en su canal de YouTube; los cortometrajes “Bad juju”, “A conversation”, “Hotel America” y “Duplicity by Koy”, escrito por su padre Jorge Carregha , así como la obra “Las botas blancas”, que escribió junto a su amiga Mouna Soualem y que, en 2021, ganó el “The fun fast feb festival” como mejor producción.
“Nos dimos cuenta de que faltan muchas historias en que los protagónicos sean personas de otros lugares del mundo. Yo soy mexicana y mi mejor amiga es francesa, y nos preguntamos que cuándo se ha hablado de una historia así, y que no necesariamente sea acerca de dónde son y su cultura, y escribimos esta obra”.
Hace unos días, Regina grabó una versión para streaming de “ Medea ”, de Eurípides, pero con una adaptación al contexto actual, para hablar de racismo , inmigrantes , abuso de poder y traición, y que espera que pronto esté en plataformas digitales.
“Busco representar papeles en producciones donde se cuenten historias verdaderas de donde somos, y no con el filtro que normalmente la industria pone, me gusta que en cada trabajo que estoy se cuentan historias desde la perspectiva de las personas que las viven, en lugar de estar dándole de comer a los estereotipos.
Un mundo más inclusivo desde el arte
Regina nació en la Ciudad de México pero su familia se mudó a Cancún, Quintana Roo, cuando ella tenía tres años, por lo que se siente más identificada con esta región.
Su pasión por los escenarios nació desde que era muy niña, así que ingresó a una escuela de actuación en Cancún, lo que le dio oportunidad de formar parte de diversos musicales , pero cuando llegó el momento de recibir una formación más profesional, Regina no se decantó por las escuelas de la Ciudad de México, sino por Nueva York .
“Cuando decidí ser actriz, me pregunté, ‘¿dónde está la meca de la actuación ?’, pues en Nueva York, ¡vámonos para allá!; mis papás siempre nos han dicho que el no ya lo tenemos, hay que buscar el sí, y que no hay sueños chiquitos. Sí me pude haber ido a la Ciudad de México pero la forma en que me criaron fue siempre de tirarle a lo más grande y, si no pasa, sabes que hiciste todo tu esfuerzo para poder llegar”.
Al terminar la preparatoria se fue a estudiar a Santa Fe, Nuevo México , dos años, y de ahí decidió al fin hacer pie en Nueva York, así que audicionó en varias escuelas de actuación, algo que no fue sencillo, hasta que logró ingresar al conservatorio Stella Adler Studio of Acting.
“Fui la única mexicana en mi escuela, en toda ella, durante los tres años que duró el estudio de mi carrera, entonces el shock cultural sí fue muy grande porque había cosas (raciales) que decían mis profesores que no me hacían sentir bien y cuando lo platicaba con mis compañeros me decían que no era en serio pero, cuando conocí a más mexicanos acá y les contaba lo que viví, me decían que no estaba tan equivocada”.
Carregha considera que el que artistas como Bianca Marroquín , Mauricio Martínez , Adriana Barraza , por mencionar algunos, hayan probado suerte en este país antes que ella, y muchos otros actores y actrices mexicanos ha sido una gran ventaja, porque ellos allanaron el camino a los más jóvenes, pero aun así ha tenido que luchar con los prejuicios que aún se tienen contra los latinos.
“Estar acá requiere de mucha paciencia, porque esta es una carrera de muchos ‘no’, por lo que no hay que tomarse las cosas de manera personal, cuando iba a castings al principio me decía ‘no, lo hice fatal, lo pude haber hecho mejor’, pero me di cuenta que no era demostrarles que sabía actuar, sino que es buena para ese papel, entonces cuando mi mente cambió, lo hizo mi actitud, y comenzaron a llegar muchos sí”.
Una de las cosas que Regina agradece es que, si bien la comunidad artística mexicana en NY es pequeña, también es muy unida y dispuesta a ayudarse entre sus miembros; así, cuando hay un casting o un proyecto en puerta, se corren la voz o se pasan contactos.
Sobre su sueño de formar parte de los grandes musicales de Broadway , Regina dice que no lo ha dejado, pero su vocación la está llevando a un lado muy diferente, como escribir.
“Cuando estaba en Cancún decía: mi meta es estar en Broadway y ahí voy a estar pero, aunque esto sigue siendo una meta, ya no es mi prioridad, siento que ahora lo que necesito es usar mi voz para hablar de temas que están pasando en México, por ejemplo, la marcha feminista del 8 de marzo, nadie en EU sabía qué estaba pasando y, si yo puedo estar aquí hablándoles a las personas de lo que sucede allá a través de mi arte, es lo que voy a hacer, esa es mi misión ahorita y Broadway puede esperar”.
Esta artista mexicana no descarta la posibilidad de regresar a trabajar a México, ese es uno de sus grandes deseos , sobre todo ahora que con la pandemia las audiciones se realizan por zoom y las oportunidades para los actores se han abierto mucho, tanto en México como en EU, porque sólo son llamados de manera presencial en las últimas etapas de un casting.
“Sería un honor trabajar por allá, pero también es algo que me da mucho miedo porque, creciendo en México, en Cancún, me sentía rechazada por mi color de piel , porque cuando yo estaba en la escuela la industria estaba muy estereotipada, todavía no entraba esta revolución de movimientos como Poder Prieto (campaña antirracista), pero verlos fue para mí como una señal de que puedo regresar a mi país y comenzar mi carrera ahí, pero con las herramientas que adquirí acá”.
El abuso sexual no te define
En 2017 Regina pasó uno de los momentos más complicados de su vida al sufrir abuso sexual , un capítulo que ella define como muy penoso y doloroso, pero considera que una de las cosas que la hizo salir a flote fue el arte.
“Escribir sobre mi propio dolor, sobre cómo me sentía, me ayudó mucho, pero también rodearme de gente que me hiciera sentir sana y a salvo, para poder entender que no fue mi culpa, que jamás es la culpa de la víctima, pero me costó mucho trabajo hacer las paces con esto; la clausura de mi proceso de duelo, que duró cuatro años y que sigo cargando con él, fue escribir una pieza que se llama ‘Tita’”.
Se trata de un poema visual que presentó en junio pasado en la sección Time Zone Free del Global Forms Theatre Festival , en el que Carregha explica su proceso de sanación después de este difícil momento, en el que tuvo que trabajar con mucho odio interno, frustración, rencor y enojo.
“Cuando hice este ejercicio de hablarle a mi niña interior y decirle que estaba a salvo, que todo estaba bien, que las cosas feas que pasan son la preparación para los sueños más grandes que uno quiere, eso me ayudó mucho a soltar y a dejar ir, a tomar lo que es mío y más que nada a perdonar, tanto a esa persona como a mí, el arte salvó mi vida”.
Con este trabajo, Carregha dice que logró conectar con otras víctimas, las cuales la hicieron sentir que no estaba sola en esta lucha y además descubrió que pudo ayudar a alguien a sanar su propio dolor, esa fue una sensación poderosa y que la hizo comprender que con eso ya su trabajo estaba hecho.
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