La tan esperada llegada de Rammstein a México dejó a los fanáticos emocionados, no sólo por sus actuaciones en el escenario y los efectos especiales con fuego, pues durante su travesía compartieron momentos icónicos como el beso del vocalista Till Lindemann a un peluche del Dr Simi o el pequeño show en el Zócalo Capitalino de Richard Kruspe , sin embargo, los alemanes también fueron el centro de atención de la comunidad memera.
El grupo regresó al país tras dos años de posponer su presentación debido a la pandemia de Covid-19 y aunque las imágenes de los conciertos en el Foro Sol circularon en la red, la labor altruista de Kruspe y la sencillez con la que se paseó por las calles de la ciudad despertó a algunas mentes creativas.