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janet.merida@eluniversal.com.mx
“Me gustaría morirme escribiendo”, dice Mara Patricia Castañeda en el sillón de su casa. Además de llevar la coordinación general de Televisa Espectáculos, la periodista ha encontrado en las letras algo que la hace sentir completa. Ella es autora de Mi encuentro con los grandes, sobre personajes del espectáculo, pero actualmente está trabajando en un género nuevo, la novela.
“Me gustaría morirme escribiendo, dedicarme a escribir libros, a crear historias, he visto tantas y a lo mejor me he dedicado a vivir las de los demás, pero no a escribirlas, entonces me gustaría escribir. A la larga dedicarme a eso de lleno y afortunadamente el periodismo tiene muchas vertientes”.
Su novela, que irá con Random House posiblemente en enero, gira en torno a la maternidad, algo que también cierra un ciclo en su alma.
“No pude tener hijos porque yo ya no tenía reserva ovárica, eso no te lo explican cuando eres niña, y de hecho abordo eso en el libro. Me casé a los 41 pero no pensaba casarme ni tener hijos. Todo el mundo me decía que congelara los óvulos pero dejas pasar el tiempo, y al no tener reserva ovárica me enfrenté con muchas situaciones con las que no estaba de acuerdo, entonces decidí no tener hijos. También al poco tiempo me quitaron la matriz, a Fresa (su perrita) también le quitaron la matriz. Dije: ‘¿si no es natural, para qué te estás peleando y para qué estás provocando a la naturaleza?’”
¿Podemos decir que hoy estás en paz?
Yo estoy en paz porque no jugué con algo que para mí es muy importante. No me quise burlar de la naturaleza, duele y es un dolorcito con el que tienes que aprender a vivir e incluso tus hermanos tienen que aprender a hacerlo. Con el libro cerramos el ciclo de la maternidad.
Al llegar a su departamento, lo primero que te recibe es un cuadro enorme de la Virgen de Guadalupe. El silencio de la contemplación se rompe poquito después, cuando aparece Fresa, blanca y diminuta como un pedacito de algodón que va de un lado a otro y recibe a los invitados de Mara Patricia Castañeda. Ella es su compañera desde hace seis años.
Recientemente se unió a un equipo de trabajo para realizar el programa de entrevistas en YouTube En casa de Mara, y es allí, en su sala, donde ocurre la plática, algo más que intercambiar información.
Sentada en el sillón donde normalmente ella es la entrevistadora, se invierten los papeles y cuenta la historia de esa Virgen: la compró cuando su matrimonio, pero al divorciarse decidió traerla a este departamento que está lleno de recuerdos: fotografías de sus padres juntos, un retrato en blanco y negro de su madre quien dice, era oaxaqueña, y un pasillo lleno de firmas de los invitados a su espacio. Curiosamente, la Virgen se ha convertido en un elemento más de las entrevistas, pues casi todos los que van se toman una foto con ella.
Dedicándote a algo como el periodismo, ¿la profesión no ha chocado con tu fe?
Valores como la ética, el respeto, la lealtad, van de la mano de cualquier profesión. Nunca he hecho nada como para pedirle perdón a Dios, como destruir a un artista, hacer algo que los exponga, aunque a mí sin serlo me han expuesto de mala manera.
Mara dice que Mauricio Ochmann, por ejemplo, platicó que es hijo adoptivo, algo de lo que casi nunca habla. “Me da mucho gusto tener a los artistas y apapacharlos porque ya no estamos en el México donde el ambiente artístico era glamour, donde si alguien tenía un accidente lo cuidabas para que no fueran a hablar mal. Ahora perdieron algo muy importante que es la intimidad”.
Sonriente, Mara presenta a su equipo, entre ellos a su hermana y a su pareja. Se describe feliz, plena: “Sigo creyendo en el amor, en las personas, en la familia. Cuando Alejandra, mi sobrina, se enteró de mi divorcio me preguntó si volvería a creer en el amor y le dije que claro, si hay mujeres fieles y leales como nosotras, que los demás piensen lo que quieran”.