Con tan sólo asistir a una plaza comercial, antro o restaurante, y sin percatarse de ello, una persona genera ganancias para los compositores. Esos lugares pagan el derecho a reproducir las canciones que suenan de fondo gracias a que, desde hace 73 años, la (SACM) los respalda.

Resulta muy cómodo cuando en el lobby de un hotel hay música que ambienta el momento, pero si ese hotel se encuentra en la Ciudad de México, es de cinco estrellas y tiene al menos 170 habitaciones genera al día 290 pesos para los autores.

Hasta al entrar a un baño público, ejemplo cotidiano, se están sumando números: 10 pesos diariamente debido a la Unidad de Derechos de Autor (UDA), que se calcula a partir del salario mínimo y los votos (según el éxito del tema y su utilización en distintos lugares) y que equivale a poco más de 158 pesos.

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“Las tarifas varían y dependen de los usuarios, tenemos dos criterios fundamentales: el de porcentaje que depende de los ingresos obtenidos y el otro una cuota establecida por el tiempo de explotación que tenga el usuario”, detalla Roberto Cantoral Zucchi, director general de la SACM.

Ganancias de pandemia

Durante 2021 la Sociedad, que protege la obra de 5 millones de compositores, produjo 900 millones de pesos de regalías recaudadas en distintos sitios, eventos y plataformas, siendo Spotify la más productiva, seguida de YouTube. Spotify, principal fuente de ingresos para la industria de música grabada en el mundo, generó un año antes 5 millones de euros para los compositores a nivel global.

Pero, ¿cuánto podría generar una persona en un día?

Suponiendo que alguien desayuna en un restaurante donde genera cinco centavos, después va al gimnasio (31 centavos) y luego asiste a una función de circo, creando tres pesos más.

Al salir va a un concierto masivo gratuito (16), se encuentra con unos amigos en un antro bar (cuatro pesos) y para cerrar la noche va a bailar a una discoteca (ocho pesos) para terminar en un hotel donde suma dos pesos. Esto produce 34 pesos en un día por una sola persona.

Estas dinámicas cambiaron por el confinamiento y Aleks Syntek, quien es cantautor y vocal de la SACM, reconoce que no ha sido fácil.

El crecimiento durante el último año, a pesar del repunte del streaming fue de 11%, comparado con 17 % del inicio de la pandemia por Covid, en 2020.

“Ha bajado el ingreso económico al que estamos acostumbrados, por eso el lado económico de los artistas se ha visto muy mermado. Muchos hemos tenido que sobrevivir de nuestros ahorros y los que no, han hecho pactos de adelanto de regalías. Van con su editorial y piden ayuda por dificultades económicas ‘ingresame un adelanto y yo te lo doy con las futuras canciones que puedo crear”, dice.

El tema que más regalías genera para Syntek es “Duele el amor” —a dúo con Ana Torroja— y considera que en gran medida es porque cruzó fronteras y se hizo famosa en otros países de Europa y América.

Como compositor acepta que aunque a veces unas canciones son muy populares como “Sexo, pudor y lágrimas” o “Intocable”, no siempre son las que más alcance de reproducción tienen.

Se sabe, por ejemplo, que Armando Manzanero, quien también fue director de esta Sociedad, ganó más dinero con el tema “No sé tú” popularizado mundialmente por Luis Miguel, que con todo su repertorio.

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Cruda realidad

No todo es bueno en este panorama. Muchos de los lugares no cumplen con las cuotas que establece la Asociación y la Ley de derechos de Autor.

En diciembre, Olga Méndez Juárez, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) de Puebla habló en nombre de los restauranteros, quienes consideran injusto pagar mínimo 8 mil pesos anuales a la SACM.

“Tenemos nuestras reservas de por qué pagar. Algunos pagan el sistema de música a través de Spotify o Sky; no se comercializa porque se pone como ambiental, la gente que viene a comer no llega por la música, sino por el menú”.

Roberto Cantoral señala que están fortaleciendo las estrategias de convencimiento y encaminando a los usuarios para que valoren el trabajo de un compositor como un producto intangible. Las sanciones van desde altas multas hasta clausuras.

“Sí tenemos problemas, sí tenemos juicios, le ganamos a la discoteca más importante y la condenaron a pagar 40% de sus ingresos por 10 años. Ahora estamos en el juicio con las arenas, pero en términos generales ya hay una aceptación y reconocimiento del derecho de autor”, asegura.

La Sociedad representa a al menos 70 millones de obras, pero el número es incalculable porque díario se generan más, además de las extranjeras, reguladas junto a la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC).

¿Quién le paga a los compositores?
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