Podría decirse que Lynn Fainchtein es el soundtrack de muchos mexicanos. La supervisora musical de más de 130 producciones, entre películas y series, quien falleció ayer, fue también locutora de radio, productora de tv, documentalista de rock y música tradicional y asidua constante a conciertos, incluido los cantantes o grupos más desconocidos, a fin de conocer el talento emergente.
Fue de las primeras voces femeninas que se escucharon en las onda hertzianas en la década de los 80, a través de Rock 101, del Núcleo Radio Mil, en donde estuvo detrás de programas como “Mujeres comma Rock and Roll”, en donde sólo aparecían féminas vocalistas.
También fue impulsora de Dimensión 13-80, donde había radionovelas que evocaban la época del oro del radio
De ahí partió a ser directora de MTV Latinoamérica en donde realizó documentales aún disponibles en youtube, sobre el rock en español, dándole un lugar que siempre defendió.
“Mejor no hablar de ciertas cosas” y “Nunca digas que no, 3 décadas de rock mexicano” fueron algunos de las producciones que tuvieron a Lynn en la parte creativa y la voz y que, de acuerdo con varios fans del género, son mejores que los hechos últimamente por plataformas digitales.
Entró al cine cuando recibió la invitación de Alejandro González Iñárritu para ser la supervisora musical de “Amores perros” y se sorprendió, porque años antes ambos habían peleado por el rating radiofónico en distintas trincheras.
Desde entonces siempre colaboraron juntos y Lynn se convirtió en “maestra” de varios que veían en su amor por la música y el cine, una fórmula para combinar ambas cosas.
“Aunque hay quien cree que es pura diversión, pero realmente un porcentaje alto es ver contratos”, dijo Lynn en una conferencia sobre la especialidad.
“ROMA”, “Bardo”, “La dictadura perfecta”, “El infierno”, “La casa de las flores”, “Sr. Ávila”, “Luis Miguel, la serie”, “Vuelven” y “Mano de piedra” fueron algunas de las producciones que contaron con su supervisión.
Lynn también usaba sus redes sociales para criticar lo que, a su juicio, estaba mal en la política mexicana.
Así, fustigó a la presidencia de la República, cuando López Obrador dijo que “no era para tanto” la cifra de 3 mil niñas embarazadas menores de 11 años, tan sólo en Guerrero.
Pero también al PRI cuando sus representantes aseguraron que no participaría en la destrucción del país o la construcción del tren maya por el derrame de cemento que, según ambientalistas, estaban llegando a cuevas de la región.
Y si alguien le reclamaba su antipatía por AMLO, rápidamente les recordaba su documental 0.56%, sobre lo ocurrido en las elecciones presidenciales del 2006.
“Soy la única hasta hoy, que lo siguió durante tres años, 350 horas”, recordó en 2017 a sus “haters”.
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