Bruce Willis es reconocido como uno de los actores más destacados del cine de acción, pero esto no siempre fue así. Tras una carrera que ya pintaba por buen camino dentro de la comedia, hubo una película que lo catapultó a la fama internacional y esa fue “Duro de Matar” (1988).
El largometraje, que dio inicio a una franquicia que a la fecha tiene cinco títulos, es considerado como el que revolucionó dicho género cinematográfico, al presentar a un protagonista diferente a lo que habían hecho los reyes del género, Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger, pues no tenía un cuerpo extremadamente musculoso y grandes habilidades para pelear contra los malos.
De hecho, esto casi le cuesta el papel a Bruce, quien en ese entonces tenía 33 años, ya que no fue la primera opción de los estudios, quienes primero buscaron a Clint Eastwood, Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Richard Gere, Burt Reynolds y James Caan. Cuando ninguno de estos quiso, fue que voltearon a ver al comediante Bruce Willis, e hicieron bien.
La película, considerada navideña, pues transcurre en la víspera de Navidad, sigue a un policía de Nueva York llamado John McClane, quien viaja a Los Ángeles para reunirse con su exesposa Holly Gennaro (Bonnie Bedelia). Sin embargo, mientras está en el edificio en que ella trabaja, se ve envuelto en un atraco con un grupo de matones.
Revisitar la película basada en la novela “Nothing lasts forever” (1979), de Roderick Thorp, es una buena forma de recordar el trabajo del actor y honrarlo, sobretodo actualmente, debido a que tanto él como su familia atraviesan por un momento complicado, ya que a sus 68 años Willis padece demencia frontotemporal, enfermedad que afecta los lóbulos frontal y temporal del cerebro.
La película está disponible en la plataforma Star+ y, para los más cinéfilos, en Netflix hay un capítulo de la serie documental “Las películas que nos formaron” en donde se retrata toda la travesía antes, durante y después del rodaje de “Duro de matar” (“Die hard”).