Impulsa la creatividad de Mía y Nina

Mía, de 19 años, y Nina, de 17, son la adoración de su , el cantante , quien asegura que busca transmitirles la pasión que él tiene por el arte.

“Tenemos tanto en común y tengo la fortuna de que me cuentan todo, bueno, eso creo (risas). Soy su confidente, somos cómplices. Hablamos de la vida, del amor, de nuestra carrera, la industria... pasamos mucho tiempo juntos.

“Mis hijas son mis amigas, son mis artistas, las admiro profundamente y me gusta mucho estar con ellas, son unas personas increíbles, y me dan paz”, detalla.

Por ello, el vocalista de 53 años busca alinear sus tiempos lo más que puede con ellas. Con Mía, con quien comparte su vocación por la música, realiza giras y acaba de hacer un disco, aspectos que le han dado la oportunidad de recorrer muchos lugares a su lado.

Foto: Cortesía.
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“Son niñas muy dóciles, libres, conscientes. Incluso cuando han tomado llegan, nos platican y compartimos. Constantemente (a su expareja Andrea Legarreta y a él) nos piden consejos y nosotros, más que imponernos, tratamos de ser un instrumento para ayudarles a realizarse como personas”.

Rubín se considera una persona ordenada por lo que, comenta, le gusta que sus hijas tengan su cuarto levantado, como por ejemplo, no dejar tirada la ropa.

“En la casa sí soy alguien que está molestando un poco, pidiendo que tengamos orden. Como somos muy parecidos también es un arma de doble filo, porque podemos chocar en algunos momentos pero también hemos aprendido a no continuar con alguna discusión sabiendo que somos muy necios”, reconoce Erik.

Aprende de tecnología con Lucero

se enorgullece de ser un padre presente para sus dos hijos: Lucero, de 19 años, y José Manuel, de 22, en quienes ha intentado fomentar una educación basada en valores, para que ambos aprendan a forjar su propio camino.

“Como papá no me considero ni estricto ni barco, yo cumplo con darles mi opinión de, ‘yo hubiera hecho esto’, pero una vez que ellos ya lo hicieron.

“Mi relación con mis hijos es muy buena, hay mucha confianza y amor desinteresado; son mi prioridad en la vida”, expresa el cantante.

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Mijares reconoce que sí llega a ser firme, aunque prefiere compartir momentos de calidad e incluso, aprender de ellos.

“(Lucero) de repente me hace galletitas y esas cosas. Ella lo hace mejor que yo, que soy medio maleta para el asunto. Es muy linda, y como vivimos pared con pared no hay tanto trámite de agarrar coche e ir a otro lado.

“Yo sí les pongo límite de hora, aunque terminen llegando más tarde (risas). En esta familia no se finge ser otra cosa más allá de lo que uno es y el respeto es la base de todo. La nena siempre me pide consejos tipo, ‘¿cómo viste esto, canté bien o mal?”

Donde sí llega a haber problema es a la hora de ver alguna película o serie, pues muchas veces padre e hija no logran coincidir en tiempos, él por sus conciertos o giras, y ella, por las funciones de El Mago y otros proyectos.

“A mí me gustan los (filmes) policiacos y a ella le gustan otros; de repente estamos a destiempo, pero cuando coincidimos y sale una nueva cinta, platicamos de lo que vimos cada uno”.

El intérprete de “Soldado del amor” destaca lo mucho que le ha inculcado a sus hijos la importancia de la empatía con todo tipo de personas: amigos, familiares, compañeros de trabajo y público. Y él también aprende de ellos, como de su hija, quien le muestra a su padre asuntos de tecnología y redes sociales.

“Ella está metida más en lo que es TikTok y todo eso, yo estoy más hacia Instagram, cuando empiezo a agarrar el teléfono es de: ‘no papá, espérame, se hace esto y esto’”.

Ser padre, enfatiza, revolucionó su vida: “Mi vida cambió radicalmente. Cuando no tienes hijos, sólo eres tú, no tienes ningún compromiso con nadie más. Luego te casas y se divide entre dos, pero cuando vienen los hijos estás al 100 diariamente, al pendiente de ellos”.

Mijares e hija Foto: Televisa Univision
Mijares e hija Foto: Televisa Univision

Privilegia los momentos sin celulares

“A veces tienes que ser barco, en otras tienes que ser duro y, en ocasiones hay que ceder, dar y en otras apretar, esto es una negociación”, describe, quien es padre de tres hijos: Sergio, de 25 años; Antonia, de 17, y Victoria, de 13 años.

El actor y político cuenta que su relación con ellos se basa en la disciplina, bajo el compromiso de transmitirles valores.

“Yo espero que me vean como un ejemplo y que sigan los principios, las bases de lo que se les ha inculcado, que sean respetuosos”, explica Mayer.

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Cuando él coincide con los tiempos de sus hijos, ven una película y platican, pero lo que no puede faltar son los viajes, como cuando el que hicieron a la Patagonia hace año y medio en un crucero, o a Ecuador.

“Nos vamos toda la familia a algún viaje por lo menos una vez al año. Convivimos, tratamos de no usar celulares y de estar juntos. Mis pláticas con mis hijos van en torno a temas de los jóvenes, de problemáticas de la escuela, de los novios, la drogadicción y sexualidad”, explica.

“Mientras cumplan con los horarios para usar el celular, ser ordenados y con la escuela tienen todo de mi parte: permisos, celulares, algún viaje”.

“Ser padre es un gran compromiso, una responsabilidad con los hijos y con la sociedad. Hay que caminar de la mano”.

Mayer e hijos Foto: Sergio Mayer
Mayer e hijos Foto: Sergio Mayer

Disfruta de la de la cocina con Lalo

se define como un muy buen amigo de sus cinco hijos, Lalo, de 27 años; Ana Paula, de 25; Alejandra, de 22, y sus gemelos Daniel y Manuel, de nueve años, con quienes busca tener una excelente comunicación.

“Siempre nos décimos todo: qué sentimos, qué nos gusta qué o no nos gusta, porque eso es lo que forja una buena relación. Ahorita nuestras pláticas son sobre el lanzamiento musical de Eduardo, por lo que constantemente estamos rebotando ideas para su show, videos y canciones”, comparte.

El ex-Timbiriche deja que sean sus hijos quienes vivan sus procesos y sean felices con base en sus méritos: “Incluso cuando veo que se van a tropezar, los dejo y ni hablar, yo no me debo meter ahí.

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“Discutimos muy poco o casi nada y cuando llegamos a discutir por algo, es porque a lo mejor alguien se comió algún sushi que dejé en el refrigerador para cenar y me lo agandalló, pero tampoco es para tanto”, reconoce.

Una actividad que le gusta hacer a Capetillo con sus hijos es cocinar, sobre todo con Lalo, con quien compartió recientemente pantalla en el game show Juego de voces y a quien describe como un gran chef. Es él, de acuerdo con el actor de Alcanzar una estrella, quien le enseña el “paso a pasito” de la preparación de los alimentos.

“Nos une el amor por la familia. En nuestra casa reglas como tal no hay, somos muy respetuosos uno del otro, siempre entendiendo la responsabilidad que conlleva vivir en una casa con otras personas; fuera de eso, en realidad cada quien hace lo que quiere”.

Eduardo Capetillo e hijo Foto: OCESA
Eduardo Capetillo e hijo Foto: OCESA
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