fue una agrupación española, la primera en ofrecer música bailable en español, de todos los tiempos. Éxitos como “Locomía”, “Rumba, Samba, Mambo” y “Loco Vox”, los llevaron a presentarse en “Siempre en domingo”, plataforma en la que se dieron a conocer en nuestro país, pero antes de convertirse en una “boyband”, eran sólo cuatro chicos subversivos que desafiaban la moda y la ideología de la vieja Madrid conservadora. Sin embargo, la fama, las drogas, el sexo y las traiciones terminaron con ellos.
Locomía, la agrupación que nació por el amor a la ropa
Locomía nació gracias a Xavier Font, un barceloní que –desde muy joven- tuvo sed de triunfo. En una entrevista para “El País”, el líder de la agrupación recordó que vivió una infancia acomodada, pues su madre y padre siempre lo proveyeron –a él y a sus cinco hermanos- de lo necesario y también de caprichos. Mientras vivía la transición de la niñez a la adolescencia, Font creció escuchando bandas como Duran Duran y Depeche Mode, pero más que apreciar la música, Xavier atendía a los vestuarios que utilizaban.
Xavier Font. Foto: Instagram
Para recrear y exagerar la ropa que veía puesta en grandes estrellas de los ochenta, Font iba a los mercados y compraba telas, con las que confeccionaba chaquetas, abrigos y túnicas estrafalarias, pero dentro de sus intereses no existía el deseo de convertirse en diseñador, sino sólo vestirlas para que las personas apreciaran su estilo. En esa época, la madre y padre de Xavier tenían plena conciencia de sus preferencias sexuales:
“Los dos asumieron mi sexualidad sin problema. Yo nunca estuve en el armario. Mi padre entraba en mi cuarto y me veía con mi novio. Lo tomaba con naturalidad”, contó al medio español.
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Locomía, antes de un grupo musical fue una tribu urbana
Xavier Font en la juventud. Foto: Instagram
Pero llegó un tiempo en que vestir y mostrarse no fue suficiente para él, por lo que se mudó a Ibiza, -“una ciudad en la que si eras un chico e ibas con falda no te miraba nadie”- en la búsqueda de crear una tribu urbana, en la que reclutó a dos de sus amantes: Gard Passchier y Manuel Arjona, con quien entablaba una relación simultáneamente: “Tenía un harén y me inventé el poliamor en el 84”, aseguró.
Fue así como nació Locomía, pero aún faltaba un integrante, por lo que Font tomó la decisión de reclutar a Luis, uno de sus hermanos. Según recordó Manuel Arjona, Xavier era todo un ideólogo que obtenía lo que quería: “Tenía en aquella época un gran poder de seducción, tanto laboral como personal”. De esa manera logró que los contratasen en diferentes discotecas en las que subían a las plataformas para “bailar, exhibirse y coquetear”, actividad que los hacía acreedores de 6 mil euros por noche.
Freddie Mercury vistió la ropa de los Locomía
Hubo un tiempo que Locomía estuvo conformada por 16 chicos que se presentaban en las discos más prestigiosas de la época, a las que llegaron a asistir importantes figuras como Harrison Ford, Boy George y Freddie Mercury, a quien Font conoció personalmente y le obsequió unos de sus zapatos, pues al líder de Queen le habían encantado, al punto que llegó a utilizarlos en el videoclip de “I´m Going Slightly Mad”, uno de los últimos que grabó antes de su fallecimiento.
El estrellato y la disolución
Hasta que en una noche, de tantas en las que se presentaban, se presentó frente suyo José Luis Gil, un ejecutivo discográfico, clave en las carreras de artistas como Miguel Bosé, Alaska y José Luis Perales. Al percatarse de la energía del grupo, el productor les propuso crear un concepto musical, que fuera conformado por los cuatro integrantes originales.
Locomía tuvo dos años de ardua preparación vocal y coreográfica, llevándolos a alcanzar gran éxito en países como Argentina, Perú y México, donde se presentaron en “Siempre en domingo” y –según recuerda Font- un grupo de fanáticas llegó a jalar tan fuerte de la cabellera de uno de los integrantes que terminó sangrando.
Una de las claves del éxito y la aceptación de las masas de Locomía fue que no demostraran abiertamente su sexualidad, pues los cuatro eran gays, ya que Gil sabía que el mayor público que podían adoptar era mujeres y, en efecto, el 80% de sus seguidores lo eran.
Pero cuando la banda comenzó a ser manejada por Gil, Font abandonó la agrupación y aunque seguía acompañándolos a todos lados –y cobrando sueldos- no fue reclutado para bailar y cantar junto a ellos. Situación que llevó a que –impostergablemente- Xavier lanzará un Locomía con nuevos integrantes, convirtiéndose en la competencia directa de la banda que el mismo había formado.
Para 1993, los boicots entre una banda y otra acabaron con su reputación y pasaron al olvido. Pero desde esa época a hoy, su creador y su impulsor –Font y Gil, respectivamente- no han perdido la esperanza de hacer resurgir al grupo, con nuevos integrantes y una adaptación musical que convenza a los nuevos públicos.
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