Acudir a la gestación subrogada o vientre de alquiler , como hicieron y , no es algo que todos puedan hacer, pues intervienen varios factores para su autorización como el pago requerido, la salud de los solicitantes y el lugar en que radiquen.

California, EU, entidad pionera, recibe desde 1993 y anualmente a cientos de parejas, pero no cuenta con una ley específica, sino que actúa por jurisprudencia, es decir, siguiendo la resolución de casos legales anteriores.

En el Estado se sugiere que la persona solicitante, sin edad requerida, demuestre que no puede dar a luz por cuestiones médicas o físicas, pero no es necesario ello.

Lo que si es que se exige evaluaciones psicológicas y que la gestante haya tenido a sus propios hijos de forma natural.

Se permite el uso tanto de óvulos como de semen del donante y se garantiza que sean los solicitantes los padres legales del bebé y no la gestante, cosa que antes complicaba el asunto.

Todo puede sonar fácil, hasta que se llega al pago estimado por gastos de abogados, tratamiento y seguro médico, el cual puede fluctuar entre los 2.4 millones de pesos (120 mil dólares) y los 7 millones de monedas mexicanas (350 mil dólares). Eso sin contar gastos propios de la gestante y si hay dinero de por medio entre ambas partes.

En Texas sólo se permite el proceso a habitante de la entidad y en Florida debe comprobarse que en caso de ser un matrimono heterosexual, la mujer debe tener incapacidad médica que afirme la gestación puede poner en riesgo la salud del feo y ella.

En Europa, Ucrania es considerada la capital internacional de las madres sustitutas. Ahí los interesados deben pagar, mensualmente, hasta 400 mil pesos (20 mil dólares) a la madre gestante.

Dicho país creció luego de que en diversos países asiáticos se comenzó a denunciar explotación en el tema. India, Nepal y Tailandia comenzaron a ser fuertes en sus medidas y eso alejó a las parejas.

Ucrania, a diferecia de California, sólo permite maternidad subrodagada a parejas casadas y heterosexuales.

En México, Tabasco permite el vientre de alquiler, pero no hay una ley como tal que proteja a los involucrados. Los padres deben ser ciudadanos mexicanos, ser parejas casadas heterosexuales, demostrar que no pueden procrear y tener entre 25 y 40 años de edad.

Todas las futuras mamás, deben proporcionar pruebas, mediante certificado médico emitido por su médico personal en una institución acreditada, de que no pueden procrear por sí mismas.

Los futuros padres están sujetos a exámenes médicos a criterio de la Secretaría de Salud.

El contrato de gestación subrogada debe ser aprobado por un juez que reconozca legalmente el vínculo entre las partes contratantes y el feto. Después del nacimiento, el parentesco del recién nacido debe ser resuelto legalmente mediante un proceso de adopción completa.

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