Mariana Garza siempre ha dado ejemplo de determinación, para muestra está el Teatro Milán, que junto a su exesposo y socio Pablo Perroni levantaron desde cero y hoy es uno de los recintos más importantes en la ciudad.
“Esa es mi filosofía de vida, siempre lo he dicho, aunque se esté cayendo todo, uno debe enfocarse en cómo lograr las cosas”, declara la cantante, productora y actriz.
Pero como todo, esa fortaleza tuvo un límite y Mariana asegura que desde que comenzó este 2021 el desgano y el deseo de no saber nada de la situación por la que pasa el teatro la invadieron, algo extraño en alguien acostumbrada a trabajar y luchar desde pequeña.
“Fue horrendo en todos los sentidos, creo que para todos las cosas han sido mucho peor después de este semáforo rojo”, dice respecto a la pandemia.
Fue en esos días cuando vino la posibilidad de realizar "Pequeñas grandes cosas" y estrenar el 26 de diciembre, pero una semana antes de alzar el telón se anunció un nuevo cierre y todo se truncó.
“Me costó muchísimo, emocionalmente y también económicamente, como nunca, todo esto no fue una buena combinación y si yo no tuviera esto —Mariana voltea a ver el escenario montado con escenografía— no sé qué estaría pasando. Nuevamente el teatro, y como siempre, ha sido para mí terapia, es increíble cómo en el momento justo que lo necesitas llegan las cosas”.
Mariana recuerda que hace dos años el productor Morris Gilbert ya tenía planeado realizar esta puesta en escena, pero en ese momento el director y el elenco eran completamente diferentes. Ella fue invitada para observar una lectura y dar su opinión y ver la posibilidad de llevarla al Teatro Milán.
“Me encantó la obra y la traducción, sabía que Nia Vardalos había hecho una obra que se llamaba Tiny beautiful things, pero no sabía qué era esto. Pasa el tiempo, me vuelve hablar Morris y me dice ‘voy a cambiar ciertas cosas y quiero pedirte que hagas a Sugar’. Tardé un poco en entender qué me ofrecía porque ya estaba muy feliz con que se hiciera en el Milán; cuando lo entendí me emocioné”.
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Así son las cosas
Esta obra está basada en el libro Tiny beautiful things de Cheryl Strayed, que fue adaptado al teatro por Nia Vardalos; en ella se cuenta la aventura de una escritora con apuros económicos, a quien le ofrecen una columna donde responderá las cartas de los lectores, pero es sin paga, así que acepta y bajo el seudónimo de Sugar.
“Sugar es una mujer que lo que hace es validar la emoción que tiene la persona, no juzga jamás y respeta lo que el otro está pasando y sintiendo. Sin ser ninguna experta, que es algo que ella aclara, tiene muchas ganas de ayudar, así que les dice lo que opina; esos conceptos me encantan, me parece que es la manera como intento vivir”.
Mariana define a la escritora Cheryl Strayed, en quien está inspirada esta obra, como una mujer interesante, valiente y fuerte.
Además, considera que esta puesta en escena logrará empatizar con los asistentes porque se abordan situaciones tan comunes a cualquier humano como el dolor de una pérdida o el amor, con respuestas tan esperanzadoras, que piensa que nadie saldrá indiferente.
“Esta historia llega a la cartelera en un momento que para todos es una catarsis, es una manera de sanar, porque ha sido tan duro, tan fuerte, tan doloroso para todos este periodo de pandemia. Hay una cantidad de pérdidas increíble y lo primero que hay que hacer para recuperarte es aceptar que está pasando, verlo de frente y hablarlo, entonces eso hace que este texto, justo en este momento, tenga una gran importancia y trascendencia”.
El dejarse dirigir por alguien tan joven como Paula Zelaya es algo emocionante para Mariana, porque le gusta la solidez que tiene al dirigir, la madurez con que ve las cosas y que es muy clara en cuanto a la forma en que los lleva a contar la historia. Además, creó un ambiente armónico que le permitió cumplir con los tiempos establecidos del montaje para llegar al estreno el 31 de marzo en el Teatro Milán, donde también estarán en escena Amanda Farah, Alejandro Morales, Marcos Radosh y Daniel Bretón.
El dato
Llevar al público a los teatros siempre ha sido una lucha para el gremio, según explica Mariana, pero considera que esta obra tiene lo necesario para hacer que la gente la vea no sólo una vez, sino varias.
“Es un dulce, es una caricia, está como todo cubierto, las sensaciones, las emociones, todas las partes que se requieren para que la gente se pase una hora y media increíblemente rica”, dice Mariana.
“Sabemos que la historia a todos nos va a llegar de distinta manera, pero sin duda para todos será un antes y un después, la gente que salga de aquí lo hará distinta a como llegó y eso es muy bonito, por eso hacemos todo esto”, finaliza Mariana Garza.