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Para Damián Alcázar hay problemas más urgentes por resolver antes que buscar apoyo gubernamental para la entrega de Premios Ariel, que cada año organiza la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) con el fin de reconocer a lo mejor del cine en nuestro país.
“La mera verdad yo prefiero que coman bien nuestros niños desnutridos de la sierra de Tapijulapa, en Tabasco, por decir algo, porque hay un montón de gente que no come y prefiero que ese dinero se vaya para allá, en lugar de estar peleando para que me den 10 millones más para hacer mi ceremonia de los Arieles”.
El protagonista de filmes como El infierno y La dictadura perfecta, señaló que si se quiere un cambio real en país, se debe renunciar a las “becas” y dejar que otros tengan algo para su sustento.
El actor reflexionó diciendo que el verdadero problema de la cinematografía nacional no es la falta de apoyos sino de salas donde se proyecten estos trabajos.
“Para que el cine mismo se reditúe y podamos tener en verdad una industria sólida, ese es el problema. Pero no sólo para ver cine mexicano, sino cine de calidad de todo el mundo; no podemos ver cine alemán, coreano, chino, iraní, indio, que son maravillosas industrias de cine en el mundo y nosotros nos lo perdemos porque no hay dónde verlo”.
También opinó sobre los conflictos que se están viviendo al interior de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), donde se habla desde la destitución de Jesús Ochoa como secretario general hasta el desvío de 23 millones de pesos de las arcas del sindicato en administraciones pasadas.
“Es un asunto de cambios, es muy difícil y no estamos acostumbrados, la gente que está en la ANDA en estos momentos son connotados actores, pero no tenemos idea cómo se hace este asunto de la burocracia y hay gente que entró ahí tratando de limpiar, de sacar las ratas”.