Muchas han sido las fechas imborrables en la vida y la carrera del exmiembro de la banda Caifanes, Alejandro Marcovich. Pero hay dos en específico que lo han marcado en tiempos recientes.
En abril de 2022, la comunicadora Mónica Noguera informó en su programa "De primera mano" que la hija del músico, Belá, les comunicó que éste padecía cáncer de próstata; algo que, asegura, lo llevó a confirmarlo en redes.
Luego, en junio de 2023, la periodista Lydia Cacho habló en su columna “Crueldad y fama”, publicada en "Opinión 51", de un expediente donde la propia Belá lo había acusado penalmente por intentar matar a la madre de esta y ahorcarla a ella.
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Días después de las declaraciones de Cacho, Alejandro había accedido a tomar una entrevista con EL UNIVERSAL; el músico consideró no hablar del asunto que, si bien fue visto como tentativa de feminicidio, “era un tema familiar y sin un fallo judicial”.
En diciembre, el guitarrista pidió ser tomando en cuenta por este medio debido a otra noticia relativa a un supuesto conflicto contra Saúl Hernández: quería hablar esta vez, no sólo aclarar su relación con sus excompañeros, sino ahondar en diversos temas; en especial, remarcó, en los profesionales.
¿Qué opina de los señalamientos por violencia intrafamiliar que publicó Lydia Cacho?
Pienso que Lydia Cacho es una metiche; que se vaya a meter con su familia, que no se meta en la vida de nadie más. Es un asunto de familia y, aunque yo sea una persona famosa, no tengo ninguna obligación de hablar de mi familia. Hay artistas que les gusta mostrar a sus hijos a todas luces; si tengo un problema con mi familia, o ellos conmigo, es privado. Si los medios de comunicación quieren distorsionar o aprovechar porque el morbo vende, lo único que tengo que decir es que ella (Cacho) se vaya con su familia. Se le ocurrió meterse en un expediente que no le incumbe. Además, el buen periodista es imparcial; a mí que me acuse un juez, no Lydia Cacho.
Ha sido un año imborrable...
Ha sido un año duro, no con miedo, pero sí por la salud. Aunque te consideres 100% sano, en cualquier momento resulta que no; como en cualquier momento te cae un meteorito y te puedes morir. Mi enfermedad me llevó a un año de reflexión, de hacer pocas cosas de trabajo precisamente para darle un espacio a la salud; mis estudios como músico, a generar ideas, a hacer una que otra colaboración, pero con prudencia. No llenarme de trabajo porque, como dicen, lo primero es la salud. Si yo tengo un tratamiento que dura semanas, es atenderlo antes que todo.
¿Cuáles son sus aspiraciones?
Mira, el éxito que tuvimos es algo que pocos pueden tener, pero no es importante sólo la fama. Diez aplausos en un lugar chico pueden valer más que 100 aplausos de 100 mil personas. Ese éxito fue una plataforma para el desarrollo personal. Hay músicos que son muy buenos, pero se quedan en un lugar donde no hay chance de subir a un nivel que muchos quieren: fama, dinero y lo demás. Mi propuesta nunca fue por ahí. El reconocimiento que yo pretendo es el que está en la calle. No soy un rockero, soy un músico.
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¿Desde siempre fue así?
Desde los 21 años yo pensaba: “Es una batalla inútil intentar tocar como Jimmy Page (Led Zeppelin); ya llegué tarde y además él ya lo hizo”. Fue cuando pensé en la música latinoamericana. Crecí estudiando folclore, luego llegué a México y me encontré con la música huasteca, la cumbia que a mí ya me gustaba, y supe que ese era mi camino. Y, bajo esa premisa, surgieron distintas canciones. Que la gente te distinga es parte del oficio, pero la vida es lo importante.
¿Ha tenido algún precio defender así sus ideales?
Tiene el precio de que por ahí te rechacen o te quedes solo. Van Gogh se quedó solo, Edgar Allan Poe andaba borracho solo por Londres, hay artistas que murieron jóvenes y se descubrió su obra hasta después de su muerte. Pero imagínense el rechazo que sufrió (Ígor) Stravinski (compositor): fue abucheado, la crítica lo hizo pedazos con “La consagración de la primavera”, pero lo hizo porque estaba seguro. A eso te arriesgas, a que te reconozcan mucho después, o que nunca te reconozcan. Hay artistas reconocidos de la noche a la mañana como Peso Pluma, que ya es más importante que Bad Bunny, ¿y ahora qué hacen? Pues corridos tumbados, yo no.
¿Por eso se separó de Caifanes?
No, eso se manipuló intencionalmente desde el principio; ellos decían “Jaguares es la continuación de Caifanes” con el cantante y el baterista. ¿Es en serio?, eso fue un abuso. Fue con intenciones de marketing. Así como Sting se cansó de negociar con otros y creyó que sus materiales eran suficientes para emprender un proyecto en solitario. Como él, muchos: Cerati, Bunbury, Calamaro, Spinetta y Rod Stewart son centenas de músicos que tuvieron el valor de decir, “sí tuve un grupo millonario, pero yo soy suficientemente creativo para iniciar una carrera solista”. Siempre me he mantenido en ese espíritu de lucha.