El mundo de la realeza siempre ha estado envuelto en un aura de misterio y protocolo, y cuando se trata de los miembros más jóvenes y futuros herederos al trono, la privacidad y la protección se vuelven aún más prioritarias. Tal es el caso de la princesa Leonor de España, quien recientemente se vio envuelta en una situación inusual cuando se reveló que había disfrutado de un viaje en yate junto a su hermana, la infanta Sofía, y algunos amigos, incluido su supuesto novio.
La noticia de este viaje no pasó desapercibida para la prensa española, que naturalmente estaba ansiosa por capturar imágenes de este evento poco común en la vida de la princesa. Sin embargo, los padres de Leonor, el rey Felipe VI y la reina Letizia, tomaron medidas rigurosas para proteger la privacidad de sus hijas y mantener el estricto control sobre la narrativa mediática, especialmente en torno al traje de baño.
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Una de las estrategias clave utilizadas por la monarquía española fue elegir cuidadosamente el lugar del viaje: las aguas de Cabrera. Esta ubicación estratégica no solo proporciona un entorno hermoso y tranquilo para el disfrute de la familia real y la princesa Leonor, sino que también está fuera del alcance de los medios de comunicación, ya que no tienen permiso para ingresar a esa área.
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Además, para garantizar la privacidad de la princesa Leonor y la infanta Sofía, se desplegó una serie de lanchas de seguridad que rodeaban el yate real. Estas lanchas no solo brindaban protección contra posibles amenazas, sino que también servían como barrera visual para cualquier fotógrafo o paparazzi que pudiera intentar acercarse demasiado.
La discreción con la que se manejó este viaje contrasta con otros casos de miembros de la familia real que han sido capturados en situaciones similares. La intención de la reina Letizia y Felipe VI era brindar a sus hijas una experiencia especial y única sin comprometer su seguridad ni su reputación. Ese es el motivo por el que no hay fotos de las princesas en traje de baño.