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Diez años de investigación necesitó la escritora Jennifer Clement para la que se convertiría en su novela "LadyDi" . En un inicio, no sabía exactamente a dónde iba, sólo que le interesaba saber cómo la violencia estaba afectando a las mujeres pues todo se enfocaba en las historias de los hombres.
"Los dos primeros años estuve entrevistando a mujeres de narcos porque al principio pensé que ese iba a ser el libro. Eso lo hice los dos últimos años de la presidencia de (Vicente) Fox y cuando entró Felipe Calderón el trabajo se volvió súper peligroso y la persona que me medio protegía me dijo que ya no era posible", recordó.
Ahí fue cuando conoció algo que estaba sucediendo en el estado de Guerrero : llegaban camionetas que se estaban robando a las niñas y para protegerlas sus familias estaban cavando hoyos en las milpas o jardines para esconderlas.
La premisa fue contada en su novela y ahora también dentro del cine gracias a la cinta "Noche de fuego" , de la directora Tatiana Huezo , que forma parte del Festival Internacional de Cine en Guadalajara y sobre la que este sábado se realizó una clase magistral con la presencia de Jennifer y de los productores Jim Stark y Nicolás Celis.
Si bien la historia ocurre en Guerrero el largometraje se filmó la mayor parte en Neblinas, comunidad de Landa de Matamoros, en la zona de la Sierra Gorda de Querétaro, pues la seguridad era un factor importante, compartió Celis.
"Desde el minuto uno decidimos que no íbamos a filmar en Guerrero. Toda la historia de la novela sucede ahí y no porque no quisiéramos ir ahí sino porque sí nos daba mucho miedo hacer una película hablando de eso en un lugar en el que pudiéramos exponer demasiado al equipo", señaló durante la charla.
"Todos los que vivimos aquí sabemos y vivimos con ese miedo encima, pero teníamos que encontrar un pueblo para tener el guión".
En la cinta protagonizada por Alejandra Camacho, Mayra Batalla y Norma Pablo, entre otros, el productor Nicolás Celis ("Roma", "Pájaros de verano") detalló que querían que estuviera llena de verdad y no se sintiera artificial, pero además con respecto a la violencia del país buscaron plasmarla de otra forma sin victimizar ni hacer apología de la violencia.
"Queríamos hacer algo que sí nos representa como mexicanos y lo que estamos viviendo, algo de lo que nos interesa seguir hablando pero de una forma que pudiera llegar distinto al público", detalló.
"Que no fueran los balazos, que no fuera a través de esta pornografía , o esta parte tan gráfica de cómo se ha mirado porque queremos mostrar lo que era estar en los zapatos de alguien más y ponerte en la piel de alguien más y para esto tenía que ser lleno de verdad, que empatizáramos con las locaciones y situaciones".
Además de la violencia hacia la mujer , el filme toca temas como la migración y lo que significa ser un desplazado. El filme ya ha sido reconocido en encuentros internacionales como el Festival de Cannes en la sección Una cierta mirada, entre otros.
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