Después de labrarse por años una imagen de marido y padre modelo, Bill Cosby dio un abrupto giro hace casi 15 años, cuando criticó a los afroamericanos pobres, cuestionando sus pantalones caídos, criticándolos por tener hijos sin casarse y culpándolos a ellos mismos de su pobreza.
“¿Es que no prestan atención? Gente con la gorra hacia atrás, los pantalones bajísimos, nombres como Shaniqua, Shaligua, Mohammed y toda esa basura. Y todos en la cárcel”, expresó.
El propio Cosby está ahora en una prisión de Pensilvania y muchos negros ven su condena como una historia repetida.
Al enterarse de su condena a entre tres y diez años de prisión por agresión sexual, la misma gente a la que él criticó en el 2004 opina que su caso combina karma, soberbia e hipocresía. Algunos reprodujeron sus propias palabras en tuits anunciando su condena.
“Cosby decidió emprenderla contra los negros pobres, diciéndole al mundo que los negros tienen deficiencias, tienen problemas patológicos y no se merecen las mismas protecciones”, expresó el profesor de la Universidad Temple Marc Lamont Hill. “Cuando alguien como él, que se atribuye una autoridad moral sobre los negros, es desenmascarado, nadie te tendrá compasión. La gente se va a sentir frustrada”.
El escritor Michael Arceneaux dijo que el desprecio de Cobby por la gente de comunidades de bajos ingresos como Arceneaux, hace que pocos se solidaricen con él, que también es de origen humilde.
“Me enfureció”, comentó Arceneaux aludiendo al discurso del 2004, en el que Cosby dijo que los negros se trenzaban a tiros por un pedazo de torta.
“Sabía que era un hipócrita. Y ahora nos enteramos de todo lo que hizo sufrir a tantas mujeres por décadas. Lo encuentro irónico. Esos sermones lo hundieron. Me alegro de que haya recibido su merecido”, manifestó.
Sus propias palabras ayudaron a hundirlo. En un informe de julio del 2015 explicando su decisión de dar a conocer una presentación del 2005 sobre su caso, un juez federal mencionó su discurso como una de las razones que lo motivaron a tomar esa medida.
“Este caso no tiene que ver con el status del acusado como persona conocida por su trabajo. El acusado se ha atribuido el papel de moralista y ha dado a conocer sus puntos de vista sobre, entre otras cosas, la crianza de los niños, la vida familiar, la educación y la delincuencia”.
“El gran contraste entre Bill Costy el moralista y Bill Cosby el acusado de una conducta inapropiada (tal vez un delito) es algo que le interesa a la gente”, señaló.
Cosby atribuyó a una irresponsabilidad sistemática, no al racismo, las causas de todo lo que no funciona con la cultura de los negros. Conocida su condena, no obstante, el portavoz de Cosby, Andrew Wyatt, dijo que el juicio del actor había sido “el más racista y sexista” en la historia del país. Sostuvo que el comediante era “uno de los líderes de los derechos civiles más grandes” de la nación y acusó a los medios de prensa, al juez y a los fiscales de prejuicios contra una persona de raza negra.
Cosby, quien tiene 81 años y está legalmente ciego, es la primera celebridad de la era #yotambién (#MeToo) que termina en la cárcel. Si bien muchas figuras importantes perdieron su reputación y sus fuentes de ingresos, nadie hasta ahora había ido a prisión.
El profesor de ciencias políticas de la Columbia University Keith Boykin opina que lo que hay que hacer ahora es asegurarse de que se escucha a todas las personas que tienen denuncias verosímiles.
“(Cosby) Me defraudó. No puso nada en mi bebida”, dijo el profesor Hill. “Sin importar el mal que le hizo al mundo, mi compromiso no es castigar a Bill Cosby. Es hacerle justicia a sus víctimas”.
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