Son de color azul, pequeños, de unas dos manzanas de altura y viven en casas tipo piñas de agave. Sus creadores dicen que son mitad humanos y el resto precisamente de la planta, que también se conoce como maguey.
Agavia y el Reino Olvidado es la película que los dará a conocer, en una historia de aventuras en la que el personaje principal debe enfrentar varias batallas para unir a este mundo mágico, separado por varias circunstancias.
Carlos Gutiérrez y la compañía Metacube, realizadora de la también cinta animada Día de Muertos, que fue nominada al premio Ariel 2020, se encuentran detrás del nuevo largometraje que arranca producción.
“En otros países existen los pitufos, diferentes duendes, y nosotros mismos (en México) tenemos a los chaneques, a los alushes, pero a nivel cine no se ha visto reflejado en animación”, comenta el cineasta.
“Aquí creamos un universo como los pitufos mexicanos. La historia trata de un personaje que se llama Valen, vive en las afueras de Agavia, que es el reino de los agaves, y tiene un talento oculto que ni él conoce y es reclutado por la reina Agavia para emprender una batalla para restablecer la paz”, cuenta Gutiérrez.
Los agavianos, como se le conocerá a los personajes, comenzaron a visualizarse desde antes de la pandemia, etapa que permitió también experimentar con nuevas técnicas y texturas.
Las voces aún no son elegidas, pues con Día de Muertos se dieron cuenta de que entre más se avanza en la animación, se puede elegir al actor adecuado para cada uno de los personajes.
Para Agavia y el Reino Olvidado los creativos se basaron en la leyenda de Mayahuel y sus hijos los 400 Conejos, para conformar personajes que son mitad humanos y el resto agave, de donde toman el color.
“Me llamaba la atención ver en otros países figuras como los leprechaun en Irlanda o los pitufos de Bélgica, a estos duendecitos que hacen travesuras y a los que culpamos porque se nos pierden las cosas; y también cómo las culturas mesoamericanas ya las identificaban y de alguna manera las veneraban y creaban de manera similar a las leyendas israelíes del golem”, explica.
Para trasladarlo, explica que se basaron en conceptos tradicionales mexicanos.
“Lo que nosotros nos preguntamos fue qué podía ser mexicano, y está el agave, pero también el cacao, que es un tema que tocamos, y la vainilla... son cosas originarias de aquí y que muchas veces olvidamos”, subraya Gutiérrez al respecto.
Así fue como dieron con la estética de los personajes, pero la filosofía y personalidad de ellos, explica, se va más adelante.
“Estamos reflejando que aunque seamos diferentes y pensemos distinto, no nos conviene vivir en un México polarizado, entonces toda la película va de eso, tratar de entender la cosmovisión de los mexicanos de manera contemporánea y que somos más fuertes si estamos unidos”.
Un estudio ejecutado en el Libro Blanco Quirino de la animación, editado en 2019 por los Premios Quirino, que anualmente reconocen a lo mejor de la animación iberoamericana, indica la existencia de 110 casas productoras de animación en la República mexicana, pero sólo 14 de ellas se dedican a realizar películas, series o cortometrajes.
En cuando a las personas especializadas en el género, al menos entre Ánima Estudios; Éxodo y Mighty Animation, que maquilan para compañías como Cartoon Network y Nickelodeon, hay cerca de 500 animadores.
Metacube logró que Día de Muertos, filme concebido mucho antes que Coco de Disney (que aborda la misma temática en cuanto a la tradicional festividad) pero que llegó después por temas de dinero, fuera vista por 1.3 millones de espectadores en cines.
“Y viene ya la secuela, se está preparando, no podíamos dejarla con una nada más”, adelanta emocionado Gutiérrez.