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Una de las últimas presentaciones de Óscar Chávez fue el 27 de julio de 2019 en las Islas de la UNAM, donde fue parte del festival Cantares, Fiesta de la Trova y Canción Urbana. Por la pandemia, las labores de este año estuvieron canceladas, aunque él siguió trabajando en varias cosas que desafortunadamente no pudo concretar debido a que el coronavirus le quitó la vida el pasado 30 de abril, a los 85 años. Su viuda, Raquel Vázquez, y Marta de Cea, su manager por 34 años, hablan de estos pendientes que desean poder llegar a concluir.
“Hay un disco, quedó material grabado para hacer un disco y posiblemente se pueda sacar, es de puros sones jaliscienses, el último que se grabó fue el de sones veracruzanos y ya estaba prácticamente todo el material de sones jaliscienses, con canciones preciosas, ese sería su último disco, ya estaba grabado”, comentó Raquel.
Este material fue hecho de la mano de Héctor Morales, su director musical, mano derecha y uno de sus grandes amigos.
Para Marta, otro de los grandes pendientes que dejó Óscar Chávez fue una presentación en Bellas Artes.
“Para mí fue un privilegio trabajar con el maestro, fue una gente excepcional, siempre con proyectos, cada día que llegaba a la oficina traía una idea nueva, en fin, todavía duele mucho su ausencia, no podemos acostumbrarnos a que no está y menos porque no pudimos despedirlo como él se merecía. Nos quedaron algunos proyectos pendientes, el maestro tenía la ilusión de hacer el Palacio de Bellas Artes como ya lo había hecho en años anteriores (en el 73, 92 y el 97), quería presentarse este año y aunque no lo íbamos a anunciar como una despedida, posiblemente hubiese sido el cierre de su carrera de presentaciones”.
En cuanto al traspaso de su archivo a la Fonoteca Nacional, tanto Marta como Raquel hablaron de la importancia de este movimiento, que aún no se ha podido concluir por la pandemia.
“No sólo es su archivo sonoro sino el fotográfico, de toda la carrera del maestro, los programas de mano, carteles, en fin, todo el archivo personal, la idea era que estuviera en un solo lugar, que hubiera un salón destinado al archivo del maestro y que estuviera a disposición gratuitamente de todo el público. No se ha podido concretar aún, sé que están trabajando en el archivo pero no está terminado, lo que quisiéramos es que la Secretaría de Cultura pudiera cumplir con este sueño del maestro”, aseguró de Cea.
Al respecto, Raquel asegura que hay infinidad de material de Óscar en su casa, en su estudio, material que ella no ha podido entrar a ver ni siquiera por el dolor de su partida. Entre libros, discos y recuerdos, hay innumerables anotaciones, ya que a él le gustaba mucho escribir, sobre todo, poesía.
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En una entrevista concedida a EL UNIVERSAL en marzo del 2019 (previo a su participación en el Vive Latino), el representante de la música popular mexicana y de la nueva trova, compartió su deseo de hacer un libro.
“Mis placeres no han cambiado mucho, me gusta oír mucha música, toda mi vida he leído mucho, trato de hacer canciones, proyectos, y quisiera publicar cosas de poesía o mi cancionero, que nunca he hecho”.
Su viuda dice que sí, en efecto, hay muchos, muchos apuntes que podrían conformar un libro, mucho material que todavía no tiene forma, por lo que habría que buscar a alguien que haga esa labor, pero la pandemia ha retrasado todos los avances, incluso, la posibilidad de hacer un homenaje póstumo a Óscar, que aunque está entre los planes, no tiene todavía fecha de realización. Otro de los elementos determinantes es la cuestión económica, ya que Raquel comentó que todo esto implica recursos que ella no tiene, pero que espera poder conseguir.
Foto: Raquel Vazquez.
"Totalmente tranquila no estoy, tengo una pensión, estoy jubilada, tengo mi pensión, es muy baja pero estoy viendo la forma de hacerme de recursos. Son muchas cosas (las que se podrían hacer en torno a Óscar), pero depende mucho de que haya dinero o que haya quien se interese en sacarlo, yo personalmente no podría".
Actualmente, la urna con las cenizas del cantautor se encuentran en su casa, y Raquel continúa asimilando su partida de su compañero de vida, quien dice, parecía un hombre serio, pero no lo era tanto, y tenía otros hobbies además de leer, como cocinar.
"Era muy serio, conmigo no, pero en general sí. Para él, ser cantante no era lo máximo, era una parte normal de la existencia del ser humano, no era mucho de los cantantes que se lucen y que hasta se visten de china poblana. Él cocinaba y yo también, de pronto experimentábamos cosas, invitábamos a amigos, hacíamos inventos, siempre en las cenas de navidad o año nuevo estábamos en casa con amigos", recodó.
Actualmente, en casa la acompañan sus hermanas, para que no esté sola y pueda, poco a poco, ir recuperándose de la partida de su esposo, Óscar Chávez.
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