Para que Evan Whitten y Christian Slater lucharan por un chupacabras, el ser mítico que asoló a rancherías mexicanas en los 90, tuvieron que conocer al perrito Harper.
El pequeño can fue utilizado por la producción de Chupa, cinta recién estrenada en Netflix, para que ambos actores interactuaran con algo físico, reemplazado digitalmente por imagen de la criatura alada.
En la historia, donde también actúa el mexicano Demian Bichir, el chupacabras es una criatura que busca escapar de un grupo de personas, lejos de la imagen de chupasangre y cruel que le confirieron los relatos populares de hace tres décadas.
Whitten es el niño que lo descubre, mientras que Slater es quien comanda la caza de lo que considera un espécimen raro.
“Era un perro muy bien entrenado, nuestra coestrella (risas), esponjoso, con latido de corazón”, recuerda Evan.
“A veces, cuando haces estas películas, estás trabajando con una pelota de tenis pero aquí teníamos algo real, un animal adorable y lleno de amor y lo hizo más fácil”, respalda Slater.
Chupa es dirigida por el mexicano Jonás Cuarón (Desierto), quien aceptó el reto pensando en mostrar una película a sus hijos. La situó a finales de los 90 en un pueblo mexicano fronterizo con EU. El largometraje es producido, entre otros, por Chris Columbus (Home alone).
A su personaje, Slater lo describe con cariño, aunque sí hay un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con un exluchador profesional interpretador Bichir.
“Lo describiría como un hombre brillante, un aventurero, un explorador con mucha energía”, apunta.
El filme tiene también actuaciones de los mexicanos Adriana Paz y Gerardo Taracena.