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Corriendo y a empujones llegaron los últimos fans a la Arena Ciudad de México para no perder ningún detalle del concierto que Pepe Aguilar daría este viernes por la noche. Cuando las trompetas y los violines comenzaron a sonar, las butacas terminaron de ocuparse en el recinto de Azcapotzalco.
El público con sombreros de todo tipo, desde rancheros hasta tejanas, la mezclilla como parte fundamental de escuchar a Pepe Aguilar en vivo, y las botas el instrumento en el que descansó el baile este viernes al norte de la ciudad.
Con un conjunto de mariachi vestidos todos en color blanco, Pepe resaltó con un traje de charro todo en color negro con vivos en dorado, pero su presencia pesó a un más cuando con su voz redonda envolvió a la Arena con las primeras notas.
El público emocionado le siguió el paso al cantante, de pie, cantando con fuerza, misma fuerza con la que sujetaban su sombreros, o el vaso de cerveza, o en su defecto a la pareja con la que bailaban entre los espacios del embutacado. Pepe agradeció:
"Cuando la gente te dice 'te amo' es algo grande, yo digo '¡Ay güey!', porque el tener el amor de alguien no es cualquier cosa, es un compromiso, y yo me doy cuenta de su compromiso, para donde quiera que voy están ahí conmigo y eso se los agradezco", dijo Pepe.
Su voz, calmada, tranquila llevó a buen puerto la diversión de la noche, contrastando con el buen humor, las anécdotas y las bromas del cantante. Serio a la hora de interpretar cada canción, concentrado, pero entre cada tema buscando cualquier momento para soltar una broma a sus fans, ácido, bromista.
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Con traje de charro interpretó dos temas al ritmo de pop cuando en el escenario apareció una guitarra eléctrica, dos baladas, después invitó a la banda al escenario, tuba, clarinetes y batería y aún fiel a su traje de charro se puso a bailar “brincadito”, al ritmo de norteño. Pero para cerrar volvió a sus raíces:
"No hay nada como el mariachi en este mundo, y en México somos privilegiados de tenerlo como emblema, ¿les gusta?" preguntó Pepe, y el público asintió como en toda la noche, con un grito, con profunda entrega.
“Me vas a extrañar”, “Por mujeres como tú”, “Directo al corazón” y “Prometiste”, fueron las canciones con las que Pepe se despidió una vez más de su gente, esta vez sin invitar a su familia al escenario, presindiendo de su hija Ángela, disfrutando de un espacio solo entre él y su gente.
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