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A Osvaldo Benavides le gustaría ver en la televisión mexicana un reality de políticos, en el cual se pudiera notar la corrupción que traen consigo.
“¡Y así ver si podemos entender lo que hacen y por qué!”, dice el histrión en tono serio.
La respuesta no es gratuita. Tiene relación con su más reciente filme, Mentada de padre, que estrena mañana en salas.
En la cinta se cuenta la historia de cuatro hermanos que se disputan la herencia de su padre (Héctor Suárez), mediante un reality radiofónico ubicado en la década de los 40.
Osvaldo interpreta a un hombre que desea ser actor, acompañado de Mauricio Isaac (Eres mi pasión) en el papel de un seudodeportista, Mauricio Barrientos (Navidad S.A.) como un pintor enamorado de Frida Kahlo y Antonio Gaona (Paramédicos), presunto viajante de mundo.
Es una codirección entre el debutante en cine Mark Alazraki (La balada de Hugo Sánchez) y Fernando Rovzar (Sr. Ávila).
“El guión es adaptación de algo que iba a hacer Sacha Baron Cohen (Borat) que permitía jugar desde un lado fársico; aquí nosotros lo contamos como una oda al radio y crítica a los realities”, señala Alazraki.
Mentada de padre fue un experimento para todos, dejando gran parte a la improvisación.
“Hay una escena sumamente improvisada”, señala Rovzar.
“En el primero está el encuentro amoroso de dos personajes (Isaac y Sofía Sisniega) y, atrás, los tres hermanos festejando, ahí nunca se les dijo que lo hicieran, en el momento ellos se pusieron de acuerdo y quedó así”, narra.
Eso le dio una completa libertad al elenco. Diariamente llegaban con el guión en la mano pero siempre dispuestos a jugar.
“Hubo una escena en la que me sentaba en las piernas del personaje de Mauricio y se rompió la silla, ¡terminamos en el suelo! Eran accidentes que servían!”, recuerda por su lado Sisniega, divertida.
Para que los actores no se salieran de la época, se elaboró una guía de las groserías de la misma, como alcornoque, sin dejar de lado alguna moderna.