Filmar con actores que improvisan en el momento y sin un trazo escénico puede sonar complicado, pero fue el mejor método que Paula Markovitch encontró para realizar su nueva cinta, "Ángeles", protagonizadas por una niña y un adulto.
La historia, ahora en posproducción, sigue a una pequeña que vende caramelos en la calles y es amiga de un señor que cuida un estacionamiento. Cuando éste le dice que se va a suicidar, ella, en lugar de disuadirlo, le ayuda.
“No es una comedia, es un gran drama”, advierte la realizadora quien, con su ópera prima El premio obtuvo premios en los festivales de La Habana, Berlín y París, así como el Ariel de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.
Esta nueva aventura filmada hace dos años tardó en su proceso de edición precisamente porque la improvisación fue el sello del rodaje.
La pequeña Ángeles Pradal y Boris Schoemann encabezan el elenco de la cinta rodada en la ciudad argentina de Córdoba.
“No hay trazo escénico, el espacio está iluminado 360 y a la niña le decía cosas concretas como que en ese momento su personaje estaba enojada con él y le dijera lo que quisiera. La única indicación a la cámara era, por ejemplo, decir que la escena era en primer plano, así que había que seguirla”, detalla Markovitch.
La razón, comenta la también escritora de los largometrajes Temporada de patos (2004) y Lake Tahoe (2008), era que deseaba sacar la naturalidad de las niñas.
El estilo permitía ahorrarse un par de horas diarias de filmación.
“Lo que necesitas (de los niños) es su fuerza. Si le decía a una que tenías ganas de matarlo, ellas entienden ese idioma, juegan a policías y ladrones. El niño es un personaje más ignorante e ingenuo, pero no menos apasionado; tiene las mismas pasiones que un adulto, ama y odia con la misma intensidad, la diferencia es que un niño se sale de inmediato de eso y el adulto se clava en ello”.
Ángeles es la quinta película de Paula en la dirección (la primera El premio, de 2011). Fue producida con recursos procedentes del Eficine de México, el INCAA de Argentina y el Polo Audiovisual de la ciudad cordobesa. Markovitch está ahora tratando de concretar una nueva cinta llamada Paisajes del fin del mundo, sobre la crueldad existente, de la mano de Paulina Villavicencio, productora de Huesera.