París.— Su voz es inconfundible, su potencia inigualable y su imagen única, por lo que no había escenario perfecto para el regreso de la icónica Céline Dion, quien tuvo como tarima de mini concierto la Torre Eiffel y como asistentes a todo el mundo, porque ese fue el impacto de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024, que prometió reunir a figuras de todos los ámbitos, entre ellas, las musicales.
Sólo este magno evento pudo sacar de su “retiro” a Céline, quien desde 2020 no aparecía en un escenario, primero, por la pandemia del Covid-19, que la obligó a cancelar la gira que tenía agendada, y luego por su diagnóstico de síndrome de persona rígida, con el que supuestamente habría perdido su legendaria voz.
Para su fortuna, no fue así; por el contrario, sigue tan potente como siempre. Su participación en este evento era una incógnita, pero al final, cuando se apagaron las luces y se pensaba que era para prender el pebetero olímpico, la enorme estructura metálica se encendió con miles de luces, a la vez que Dion cantó “Hymne à l’amour”.
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En Trocadero se hizo un silencio monumental, no sólo por ver a la canadiense, también porque, pese a su enfermedad, conserva esa voz que la catapultó a nivel mundial, por lo que las ovaciones y los aplausos no se hicieron esperar.
Con su último agudo, el juego de luces del recinto hizo un recorrido de la base a la punta de la Torre Eiffel para marcar el final de la parte musical de la inauguración de la justa veraniega que, después de 100 años, regresó a París.
La fiesta empezó con la extravagancia de Lady Gaga, quien saludó en francés en una suerte de homenaje al cabaret. La cantante estadounidense portó un atuendo negro con plumas rosadas, en una gran escalinata inspirada en el Grand Palais. La figura apareció en uno de los puentes del río Sena para comenzar el show y deleitó a los televidentes con una canción tradicional de la nación: “Mon truc en plumes”, de Zizi Jeanmaire.
La sensualidad que caracteriza a Gaga la plasmó durante sus pocos minutos que tuvo ante la pantalla mundial. Sacó esa “pantera rosa” que dejó a más de uno con la boca abierta, hasta que se despidió rodeada de las plumas negras y rosas que tenían los bailarines.
El metal galo estuvo representado por Gojira, quienes, con notas muy altas en sus instrumentos, tuvieron un escenario lleno de fuego por la intensidad de su género musical. Misma que se volvió a hacer presente con el rapero francés Rim’K, quien sí puso a bailar a más de uno en Trocadero.
Llegó después la tranquilidad y el mensaje de paz que busca mandar la organización de los Juegos Olímpicos, el cual corrió a cargo de Juliette Armanet. El río Sena fue el escenario en el que, con el movimiento de las aguas y el sonido del piano, cantó la mítica canción “Imagine”, de John Lennon.
El show corrió a cargo de Thomas Jolly, destacado director galo, quien será recordado por la amalgama de talento y ambiente francés que culminó con el regreso de una leyenda de la música.