¿Quién y por qué mandó asesinar a Paco Stanley?. Desde hace 24 años la pregunta está en el aire. El 7 de junio de 1999, luego de desayunar en un restaurante del sur de la Ciudad de México, el conductor y actor fue abatido a tiros sobre su camioneta.
Horas después, en una agencia funeraria, cientos de personas se dieron cita para darle el último adiós, mientras que un vecino sacó una bocina a su terraza y puso un disco de poemas declamados por la víctima.
TV Azteca pidió la renuncia de las autoridades; éstas comenzaron una pesquisa por todos lados descubriendo, presuntamente, la complicidad de gente cercana a Stanley, a quienes tiempo después no se les encontró nada.
El próximo miércoles se cumple un aniversario luctuoso más y la pregunta principal no ha podido tener respuesta satisfactoria. Y así como de Stanley, hay otros asesinatos entre el medio artístico mexicano, que siguen sin explicación.
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El intérprete de “Verónica” y “Felicidad” descansaba la noche del 29 de noviembre de 1987 en su hogar, cuando alguien tocó la puerta. Su hija había olvidado las llaves y por eso se levantó a abrir. Fue recibido por una andanada de disparos de balas expansivas que instantes después acabaron con su vida.
Los investigadores indicaron que el cuerpo del cantante fue arrastrado del lugar donde cayó a hacia el interior de su domicilio, por lo que se determinó que la escena del crimen había sido alterada. Ese día estaba en casa porque su concierto se había cancelado y, se supo después, recibió una llamada con supuestas amenazas, aunque nunca fue corroborado.
El asesinato fue cerrado un mes después por las autoridades, dada la poca colaboración de la familia. Las teorías de su muerte fueron desde un crimen pasional, hasta un ajuste de cuentas por parte de un grupo de mafiosos.
El 25 de noviembre de 2006, alrededor de las tres de la madrugada y luego de salir de una presentación en Reynosa, Tamaulipas, Valentín Elizalde fue atacado por un comando recibiendo varios disparos de distintos calibres, ocasionándole la muerte instantánea.
En el lugar del asesinato fueron hallados más de 70 cartuchos, cuyo contenido fue vaciado en el vehículo y cuerpo del hombre de 27 años.
Se dice que el motivo de su muerte fue desobedecer una orden. Ese día le habrían pedido no interpretar “A mis enemigos”, canción donde se burlaba de la banda narcotraficante de Los Zetas, pero no hizo caso.
El cantante del grupo duranguense K-Paz de la Sierra era figura del momento. El 1 de diciembre de 2007, tras un concierto ofrecido en Michoacán, fue secuestrado junto con dos empresarios, a quienes liberaría horas después, menos a él.
Dos días después, el 3 de diciembre, su cuerpo fue hallado a 10 kilómetros de Morelia con signos de violencia, incluyendo la quema de sus genitales.
Versiones posteriores indicaron que había recibido amenazas el día que lo secuestraron. El motivo de su muerte sigue sin esclarecerse, tomando fuerza el que se trató de una lucha entre La Familia Michoacana y Los Zetas. Según esta versión, K-Paz tocó para estos últimos y eso causó la ira de los primeros. También se manejó que fue un crimen pasional por haber tenido alguna aventura con una mujer perteneciente a un grupo delictivo.
En noviembre de 2016, el actor recibió la invitación para trabajar en la campaña publicitaria de una inmobiliaria, acordando una cita en el Estado de México, cerca de Lomas Verdes.
Cuando llegó, de acuerdo con las investigaciones, fue trasladado a otro sitio y ahí lo acribillaron. La existencia de videocámaras ayudó a determinar la ruta de los vehículos en que se trasladaron los asesinos, logrando la detención de algunos de ellos.
De acuerdo con las autoridades, el conductor de E! Latin News estaba saliendo con la novia de uno de los homicidas. Esto no lo creyeron los amigos y familia de Renato, pues de todos era conocido que estaba comprometido con una chica europea.
El ex integrante del grupo juvenil venezolano Uff! fue asesinado a tiros el 15 de agosto de 2018 frente a su domicilio. Estaba acompañado por una mujer, cuya identidad y paradero se desconoce públicamente desde entonces, cuando llegó un hombre y le disparó a quemarropa.
Tres tiros en la cabeza y dos en la espalda le quitaron la vida al hombre de 32 años quien estaba feliz por la posibilidad de un reencuentro musical con el grupo.
Las primeras versiones aseguraban que se había tratado de un asalto, pero el homicida no se llevó cosa alguna.