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“Cuando ni siquiera estás pensando que puedes ser papa y te dicen vas a ser papá, ¡ay mamá!”, así define Jorge Ortiz de Pinedo la paternidad, el proyecto más complejo de su vida.

Jorge Ortiz de Pinedo es padre de Jesús, Oscar, Pedro, Mariana y Santiago, pero la vida le tenía resguardada una nueva paternidad, en 2007 llegaron a su vida Mariana Botas y Ricardo Margaleff sus hijos en la serie Una familia de diez, quienes durante 12 años han forjado un lazo fraterno con él, haciendo que la línea de la ficción y la realidad desaparezca.

“Yo quiero a mis hijos igual, a todos, y también quiero a mis hijos de La familia de diez porque son muchos años de convivir juntos, son una docena de años en este proyecto porque los conocía desde antes. Son ya como hijos míos porque nos llevamos como familia, ellos tienen derecho de réplica, me pueden decir, alegar, me puedo enojar, les pido perdón y me piden perdón, así son mis hijos reales y postizos".

Como cualquier padre ve en ellos cualidades que los hace especiales, por ejemplo la agilidad mental de Mariana que hace que pueda jugar todo el tiempo con ella, o la creatividad de Ricardo que le recuerda como era él en su juventud.

"Es un gozo y un privilegio impresionante ser parte de esta familia. Para mí estas fechas del Día del Padre y de la Madre son especiales, no tengo la fortuna de tener a mi padre, yo tenía 18 años cuando murió, pero a lo largo de la vida uno va generando vínculos con la gente y el haber tenido el privilegio de conocer a don Jorge Ortiz de Pinedo y me haya hecho parte de esta su familia de diez, hay un amor y un cariño especial entre nuestros compañeros y estaré eternamente agradecido con don Jorge”, dijo Margaleff emocionado.

Ricardo explicó que agradece la oportunidad que le dio al interpretar a Plutarco, el hijo atolondrado de Plácido, el patriarca de esta historia, porque le ha permitido formar una familia y tener trabajo para darle una buena vida a su propio hijo.

“Mis hijos Oscar y Pedro lo quieren, lo admiran, creo que la base fundamental de las relaciones humanas es la admiración, no se pude querer a quien no admiras; a estos niños los quiero porque veo cómo van creciendo en sus vidas, en sus carreras, son seres humanos fantásticos”, expresó Jorge Ortiz de Pinedo.

Quien da vida a Martina en Una familia de diez explica que éste ha sido el proyecto más importante en su vida, por el éxito que ha tenido y los ha mantenido unidos 12 años y por ese sentido de familia que surgió.

“Nos hemos peleado, dicho nuestras cosas, llorado juntos, conocemos partes de nuestras vidas y todos hemos tenido momentos de quiebre, entonces en verdad somos una familia”, expresó Botas, quien decidió dejar la escuela formal por hacer Una familia de diezy a la distancia no se arrepiente.

El creador de programas como Cero en conducta (1999) y Durmiendo con mi jefe (2013) explicó que hasta que fue padre entendió lo que sufrían los suyos, porque las preocupaciones llegan por todos lados, si salen de fiesta o si llegan tarde, con quién sale y todos los peligros a los que se pueden enfrentar.

“Ser papá es muy fuerte, es una responsabilidad cómo criar a un hijo, cómo hacerlo una persona de bien y que sean valiosos para ellos, para la sociedad y que sobrevivan; tengo 70 años y sigo como cuando tuve el primero, con la misma preocupación de tener trabajo, de darles amor, cariño y atención”.

Al igual que sus hijos de sangre, Mariana y Ricardo sus hijos del corazón, sienten una profunda admiración por su padre en la ficción y la profesión.

“Hemos aprendido mucho se él, para nosotros ha sido una figura en todos sentidos, como sus hijos postizos le damos las gracias”, dijo Margaleff.

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