La actriz Olivia Collins se sometió recientemente a una cirugía ocular tras un año de haber sido diagnosticada con lagrimales obstuidos, una condición que postergó debido a sus compromisos profesionales.
Durante su estancia en Cuernavaca, la famosa se realizó un examen médico exhaustivo con una especialista, quien descubrió problemas más urgentes en sus ojos. Según explicó a "De primera mano", "Tenía un desgarre en la retina del ojo derecho y un orificio en el ojo izquierdo, también en la retina".
La artista admitió estar sorprendida por su estado de salud, pero particularmente preocupada por el desgarre.
Afortunadamente, la artista fue intervenida con láser con éxito. "Me dieron 280 disparos hacia el lado derecho de la retina para esterilizarla porque el líquido la puede infectar", detalló. También recibió 140 disparos en el ojo izquierdo.
Collins comentó que la cirugía no requirió un largo reposo, permitiéndole retomar rápidamente sus compromisos profesionales.
Un desgarre en la retina puede provocar visión borrosa y, si no se trata a tiempo, puede llevar a un desprendimiento de retina más grave, donde esta se separa de la parte posterior del ojo, advierte la American Academy of Ophthalmology.
Las causas incluyen lesiones oculares, diabetes avanzada y desprendimiento de vítreo posterior (DVP), una condición común donde el gel vítreo del ojo se separa de la retina.
Respecto a los síntomas del desprendimiento de retina, pueden comenzar a observarse destellos de luz, manchas y una sombra en el campo visual.