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Para el dramaturgo Fernando Bonilla quien prepara el estreno de la obra “El cojo de Inishmaan”, hacer teatro en México es prácticamente un milagro puesto que se enfrenta a diferentes adversidades, pero también es el lugar donde los actores se pueden desarrollar más.
“En términos presupuestales es muy distinto el teatro a una producción audiovisual, además se está produciendo en México mucho cine y muchas series, entonces es muy difícil tener a un elenco porque los actores tienen muchas chambas, estamos precarizados y sobreexplotados.
“Por eso es un milagro y un privilegio poder hacer teatro porque requiere de mucho más tiempo del que económicamente nos reditúa sobre todo si se le compara con otros espacios, también es el lugar natural del actor, que sin duda es donde más fácilmente el actor puede encontrar su espacio y desarrollo artístico”.
En entrevista con EL UNIVERSAL explicó que él está tratando de contar la historia de dicha obra, escrita por Martin McDonagh, que adaptó y dirigió, de la mejor manera según sus parámetros y sabe que esa manera de contarla le gustará a mucha gente, aunque puede que a otra no.
“Hay una frase de Woody Allen que para mí ha sido como una brújula de dirección y es que él dice que no conoce la fórmula del éxito, pero sí la del fracaso y la del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo”, señaló dentro de las instalaciones del Teatro Rafael Solana en donde se estrenará el montaje el próximo 28 de septiembre.
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Será la primera vez que se presente esta puesta en escena que forma parte de la trilogía compuesta por “El teniente de Inishmore” y “Los espíritus de la isla”, del controversial cineasta y dramaturgo McDonagh, autor de historias como “The Pillowman” y “La reina de belleza de Leenane”.
“El cojo de Inishmaan” es una obra con un sentido del humor muy irreverente, provocador, punzante, un ejemplo perfecto de lo que es el humor negro con un autor tremendamente polémico que ha sido censurado en muchas partes del mundo, de acuerdo con Bonilla.
“Es un autor incómodo, inteligente yo lo considero el mejor dramaturgo vivo del mundo”, explicó, quien indicó que el objetivo es que el público se divierta con esta comedia con un sentido del humor muy particular oscuro, retorcido y cruel, dentro de una isla con muy pocos habitantes.
“Los personajes se comportan con una tremenda crueldad, el protagonista es un muchacho con discapacidad que es básicamente abusado y pisoteado por todos los demás, no encuentra un pequeño gesto de bondad por ningún lado”.
Indicó que se verá a una serie de personajes muy monstruosos que seguramente el público podrá espejear, pero además todos tienen características con un lado de ternura y un motivo que los ha enrarecido de esta manera.
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“Son sujetos muy crueles, violentos, egoístas, cada uno es distinto, se parecen en el sentido de que viven en tal precariedad y en un lugar tan hostil que necesitan golpear para que no los golpeen.
“Yo les decía a los actores esta isla es poco como una cárcel, los personajes tienen que violentar a los demás para no ser violentados, esa es la lógica de este lugar”.
Finalmente compartió que lo más difícil fue entonar a los actores y una vez hecho esto todo fluyó: su propósito es hacer reír a pesar de tener situaciones crueles, violentas y agresivas, pero encontrando el ritmo para que el efecto de eso sea la risa.
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