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Ninón Sevilla fue una reina en las pistas de baile, se movió al ritmo del mambo con gracia y perfección, lo que provocó que en los años 50 el público hiciera largas filas afuera de los teatros para poder deleitarse con sus sensuales movimientos en los que sus piernas hipnotizaron a sus fans.
Emelia Pérez Castellanos, su verdadero nombre, nació en La Habana, Cuba, el 10 de noviembre de 1929, aunque quería ser monja para ayudar a la gente, descubrió en su época de estudiante su gusto por el baile, lo que la llevó a cambiar de opinión.
Comenzó a buscar oportunidades en su país, dio sus primeros pasos en los centros nocturnos hasta que llegó a México en 1946, donde se convirtió en una de las artistas más importantes del cine de rumberas y en la primera “Aventurera”.
Participó en más de 40 películas, de la mano del director Alberto Gout protagonizó su primera cinta llamada“Revancha”, también trabajó con referentes del cine mexicano como Emilio “El Indio” Fernández en “Víctimas del pecado” (1950), así como con Julio Bracho en “Llévame en tus brazos” y con Gilberto Martínez Solares en “Mulata”.
Tras su época de esplendor, en la que también trabajó fuera de México, resurgió para integrarse a las telenovelas, participó en 14, tales como “Rosa salvaje”, “La usurpadora”, “Entre el amor y el odio” y “Qué bonito amor”.
Ninón Sevilla tenía las piernas más admiradas de la pista
Ninón Sevilla fue llamada “la rubia de las piernas de oro” por lo torneadas que eran y por la agilidad a la hora de bailar, en Francia ganó un concurso de piernas, “las más bellas del cine”, y las notas de la época la describían como una mujer encantadora que innovó en la escena con atuendos de baile en los que incorporó las plumas.
En marzo de 1952, EL UNIVERSAL reportó que Ninón Sevilla había gustado mucho a los cinéfilos en Europa: "una de sus películas ha dado más entradas que cualquiera otra de las cintas cuyas estrellas son famosas por su 'sex appeal'", se informó. Se decía que el éxito de Ninón Sevilla quizá se debía a que en Europa abundaba "la carne blanca" y "la trigueña" llamaba la atención.
Ninón también fue la reina de la taquilla, en las páginas de este diario se narró cómo afuera del Teatro Margo (después llamado Teatro Blanquita) se hacían largas filas para entrar a ver a la bailarina: “La atracción teatral se la semana ha sido el éxito obtenido por Ninón Sevilla desde su presentación en el Teatro Margo donde verdaderamente se ha hecho la reina del público. Sus éxitos no tienen precedente, viéndose el teatro completamente lleno todas las noches”.
Era común que Ninón regalara dulces y juguetes a su público infantil; hizo dupla artística con José Dámaso Pérez Prado, conocido el "Rey del Mambo", un músico, compositor y arreglista cubano nacionalizado mexicano que al igual que Ninón Sevilla llevaba en la sangre el mambo.
Ninón Sevilla fue la conjunción perfecta de talento y belleza, sus admiradas piernas protagonizaron carteles cinematográficos y momentos de gloria en los escenarios más famosos de la capital, donde la época de rumberas fue una de las más esplendorosas del entretenimiento mexicano.
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