Año con año hay películas que no pueden faltar en Navidad ya sea porque uno mismo las busque o porque en televisión las repitan una y otra vez. El espíritu festivo se siente con historias que van desde Mi pobre angelito, hasta otras que no tienen que ver con la temporada decembrina pero que se ha convertido en tradición verlas en los últimos días del año, como Gremlins.
Cinematográficamente hablando no es que alguna de estas producciones fuera un parteaguas por innovar en la industria, si acaso cintas como El extraño mundo de Jack y El expreso polar aportaron algún avance en cuestiones de animación, explica el crítico de cine, Silvestre López Portillo.
Pero en términos de entretenimiento y hablando de cintas palomeras, siguen teniendo su espacio.
“Que las repitan cada año responde a una cuestión comercial, no son las mejores sino las más viejas, las que se vendieron primero y que están hechas para esta temporada.
“Mientras haya una película que le guste a la gente la van a querer ver y ver sin importar el año, sin importar las épocas, pero hace mucho que no se hace una película de Navidad entrañable”, señala.
Muchas de las historias hollywodenses, explica, están basadas en Cuento de Navidad, la novela de Charles Dickens, con un tema central: el protagonista vive amargado hasta que llega el espíritu de la Navidad, aprende una lección y su vida cambia para bien.
Es así que, se trate de buenas o malas propuestas, el mensaje positivo de la temporada se transmite.
Silvestre López Portillo explica que en cuanto al cine nacional no se han producido cintas navideñas, pues el enfoque está en contar otro tipo de historias.
Entre las más recientes están Navidad S.A. (Fernando Rovzar, 2008) y Pastorela (Emilio Portes, 2011).