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En años pasados, el debate era si la alfombra roja del Oscar había perdido su lugar como la más glamourosa de todas, pero este año, sin duda, en la edición 92 de la entrega de estos premios, en el Dolby Theater de Los Ángeles, recuperó su lugar absoluto.
Lo que vimos también es que la elegancia clásica no pasa de moda, como resultó claro con los bellísimos vestidos de Penélope Cruz, un espectacular Chanel negro; los casi gemelos de Renée Zellweger, de Armani Privé, y de Salma Hayek, de Gucci, blancos y de un hombro, o el Dior verde olivo y café tornasol, de Greta Gerwig.
El verde y el rojo tuvieron grandes momentos como el clásico y etéreo Dior de Sigourney Weaver; el sexy pero glam Vuitton de Florence Pugh; el impresionante Valentino Haute Couture de Kristen Wiig (muy criticado y víctima de numerosos memes) y el sexy Gucci rojinegro de Stella del Carmen Banderas, quien sorprendió por lo que ha crecido y lo guapa que está.
Mención especial por diferentes y sofisticados merecen el sexy, sexy vestido de Óscar de la Renta de Scarlett Johansson y el tricolor Stella McCartney de Olivia Colman.
Una gran, gran noche para la moda, que prueba una vez más que sí hay mucho qué ver y disfrutar aún, por lo menos en esta materia, en la ceremonia de los premios de La Academia.