Narices rojas de payaso parpadean por todo el Lunario . Las luces del recinto, suaves, advierten que la función está por comenzar así que los niños, parejas y amigos que comparten esta noche se orientan hacia el escenario, atentos de no perderse el inicio del concierto de Triciclo Circus Band , el último del año.
Para sorpresa de todos la música no comienza hacia donde miran sino entre ellos, donde aparecen los músicos marchando en fila y tocando “Lloren mi tango” .
Así comienza una fiesta llena de emociones, los asistentes brincan y los niños, muchos en brazos de sus padres, se mueven al ritmo de esa mezcla de instrumentos que hace de Triciclo una banda única: banjo, clarinete, guitarra, sax, acordeón, trompeta y tuba creando valses, polkas, tangos y sonidos que lo mismo recuerdan a las chilenas oaxaqueñas que a la música del norte de México .
A su aparición le siguen “Alguna vez” y “Acaríciame” , temas acompañados del coro de un público dispuesto a no dejar solos a los músicos.
Muy cerquita del escenario una bebé de alrededor de dos años baila con su papá y de vez en cuando le toca la nariz roja. Trae sus protectores de oídos y por lo visto esa música no le es nada extraña, sino familiar, porque baila y baila observando a la banda y a la gente que hace lo mismo.
“¡Estamos terminando este año y qué mejor que hacerlo con ustedes, para el próximo año esperen el cuarto disco!” se oye desde el escenario y enseguida suen a “El amor” , canción que dedican a todos aquellos que han tenido mal de amores.
“Tango coqueto”, “Excusez-Moi”, “Cada vez”
y “Otro trago” ofrecen un recorrido por los nueve años que Triciclo lleva en la escena musical, primero en las calles de la ciudad de México y ahora en decenas de festivales.
De pronto, Alejandro Preisser pide que alguien del público jale a los demás para hacer una víbora que recorra el recinto y sí, enseguida se hace una fila de gente de todas las edades que agarrada de las manos corre y se abre camino entre los muchos otros que prefieren seguir la fiesta desde sus lugares. Minutos después los músicos vuelven a caminar entre los asistentes haciendo sonar sus instrumentos.
Hay chistes, piropos, luces y papelitos multicolor que caen a cada rato entre la gente.
Tras varios temas de todos sus discos Triciclo cambia un poco de ánimo y canta un par de temas que no hacen referencia al desamor o a la fiesta, sino de los desaparecidos de este y otros países. La primera es “Dónde estás?” , y pese a que enfatizan que sólo la han tocado algunas veces, todos los acompañan en la letra. La segunda, “ huyendo” , la dedican a "Toda la gente que va en busca de realidades mejores“.
Gladys
, la única mujer de la banda, al conmovió al público cuando dejó la tuba y comenzó a cantar “Din don” , tema que viene en el último disco, Tercera llamada , y que habla sobre una despedida.
Sorpresa a una pequeña fan.
ntes de terminar el concierto Triciclo hizo una pausa para celebrar a una pequeña fan que acababa de cumplir nueve años y a la que entregaron un cuadro enorme con imágenes de la banda, su favorita.
Después de dos horas de brincos, baile y gritos llegó la hora de bajar el telón y despedirse de la gente, pero antes regalaron discos y playeras. Los artistas agradecieron a todos por acompañarlos en este camino lleno de música y fiesta que ellos se encargan de hacer cada que abren el telón, cada que se ponen las narices rojas, el maquillaje, el vestuario y alzan su carpa musical.