Justo cuando se dio tercera llamada en el Teatro Metropólitan , cuando se encendió el escenario para iluminar a los integrantes de Sigur Rós y cuando estos comenzaron a tocar la primera pieza de la noche, “Svefn-g-englar” , justo en ese momento se le ocurrió llegar a todo el mundo.
La música de los islandeses estuvo acompañada este jueves, durante las primeras canciones, por las sombras de asistentes que eran guiados a sus lugares con lamparitas de luces blancas, por los que se habían equivocado de fila y buscaban, presurosos, la suya.
Tal fue el movimiento durante las primeras canciones que no faltaron los que queriendo imponer un poco de silencio terminaban haciendo más ruido con sus “¡Shhhh!”, pero la banda de post rock no se inmutó y continuó con piezas como "Ný Batterí", "Vaka", "Fyrsta" y "Heysátan".
Mientras otros terminaban de llegar, muchos asistente estaban en un viaje personal provocado por la música de los artistas, quienes comenzaron su carrera musical a mediados de los 90, impactados por la voz de Jónsi, por el juego de luces que estallaba a ratos, por la combinación de instrumentos musicales y por esos momentos en los que estallaba la música en el recinto.
El nombre de la agrupación, Sigur Rós, corresponde al nombre de la hermana de Jónsi, quien nació el mismo día que el proyecto musical.
Durante el intermedio hubo gran movimiento de gente que aprovechó para salir un momento de la sala y al regreso, ya con las luces apagadas de nueva cuenta, se oyó entre el público “¡Eres la Ver… Jónsi!” y alguien más complementó que era más que eso.
En la segunda parte del concierto sonaron "Glósóli", "E-bow", "Sæglópur", "Andvari", "Gong", "Festival" y "Kveikur".
Entre sus discos se encuentran “Von”, “Ágætis byrjun”, ”Takk…”, “Valtari” y “Kveikur”.
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