Barranquilla.— Sudor y lágrimas. Esas son las dos palabras con las que Shakira define su actual gira, la cual, anunció ayer, cerrará en Bogotá el próximo 3 de noviembre.

En una conferencia de prensa, la cantante colombiana explicó: “Traeré lo mejor para ese día y toda la emoción de estar aquí en Colombia cantando con esta gira que tanto sudor y lágrimas me ha costado, pero que tantas alegrías y satisfacciones me está dando”.

La declaración de Shakira hace alusión al drama que vivió hace un año, cuando sufrió una hemorragia en las cuerdas vocales. “Fueron los meses más duros de mi vida. Llegué a pensar que perdería mi voz y eso me hizo valorar más mi carrera y conseguir una conexión casi metafísica con el público”.

Tuvo que retrasar medio año el comienzo de la gira que tuvo su primer show en Europa y que ahora está por llegar a Latinoamérica. Pero antes, hizo una parada en Barranquilla, su ciudad natal, para presentarse en la inauguración de los Juegos Centroamericanos y del Caribe el fin de semana pasado. Ahí fue donde habló sobre los problemas con su garganta.

“Muchas veces me preguntaba por qué estaba pasando por tantos obstáculos. Había días en los que no tenía ganas de levantarme. Nunca pensé que podría llegar a perder mi voz. Pensé que llegaría a perder muchas otras cosas en la vida, pero nunca mi voz. Cuando me encontré en esa situación, fueron los días más difíciles”, confesó conmovida.

El regreso. Su presentación en la inauguración de los Juegos fue la primera en 12 años en Barranquilla. Y tanto extrañaba esta ciudad a su hija pródiga, que un problema en su avión privado retrasó la partida de Shakira el viernes.

De hecho, su show, que fue de apenas tres canciones, dejó con hambre de música a los cerca de 20 mil asistentes que acudieron al Estadio Metropolitano.

Menos de 20 minutos duró la presentación de la artista que salió a escena con la canción “Me enamoré”. De inmediato, su voz, fue reconocida por los asistentes que en su gran mayoría pagaron el boleta para verla a ella y no por celebrar a los atletas de las 37 delegaciones que desfilaron.

En la inauguración, Colombia, con su bien ganada fama de producciones televisivas, apostó por mostrar en escena un rostro futurista inspirado en la novela Barranquilla 2131, del escritor José Antonio Osorio Lizarazo. El performance se logró también en tribunas del Metropolitano, con decenas de mujeres con el cabello decolorado y los pantalones ajustados, que crearon la ilusión de que Shakira había sido clonada cientos de veces.

Sin embargo, hasta los más fieles de sus fans tuvieron un sentimiento de amor-odio por su artista, al no recibir más show.

“Nos dejó con ganas de más, creo por el tiempo que pasó desde su última actuación y que ya no viene tanto a la ciudad, podría haber cantado más”, apuntó Carolina Molina de 28 años de edad, quien es seguidora de Shakira desde los 12 años. El regreso de Shakira a su ciudad natal fue de corto aliento aunque ayer ya prometió que su próximo concierto en Colombia será diferente.

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