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El cantautor español Joan Manuel Serrat presentó este jueves en Madrid su nueva gira, que comienza en abril y lo llevará a México a principios de 2019, en fecha y lugar por aclarar.

Serrat aseguró que le encantaría tocar en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México (incluso aprovechó “para hacer un ruego a las autoridades competentes y que lo tengan en cuenta”), pero que estudia otras posibilidades como el Auditorio Nacional.

La gira se basará en la interpretación de las 10 canciones del disco Mediterráneo, grabado en 1971, con los mismos arreglos y sonoridades. “Alrededor de esas canciones irán apareciendo otras: algunas conocidas y otras sorprendentes”, explicó el cantautor.

En homenaje a su álbum más exitoso, la gira se llamará Mediterráneo da capo. “Porque da capo es una señal en las partituras para indicar que la música debe volver a interpretarse desde el principio”, explicó Serrat.

Al mismo tiempo, el cantautor demostró que él mismo no está dispuesto a perder el título de capo dentro de la música en español. Serrat recibió numerosas preguntas sobre sus ánimos y su estado de salud para iniciar una gira de 11 meses de duración a los 74 años y en cada contestación insistió en su voluntad de seguir llevando la iniciativa en su carrera, decidiendo los tiempos y las formas. “Si no creyera que lo puedo hacer, no lo haría. En primer lugar por miedo al ridículo”, bromeó.

“No me han amenazado para que gire, sino que he pensado: ¿para qué esperar a que dentro de tres años se cumplan los 50 de (la publicación de) Mediterráneo? Me adelanto al cumpleaños porque quién sabe si dentro de tres años tendré fuerzas para soplar”.

El catalán no perdió ninguna oportunidad de dejar claro que piensa seguir haciendo las cosas a su manera. Por ese mismo impulso, cuando el sonido del micrófono en la presentación le pareció que no era bueno, prefirió bajar del escenario e ir uno por uno entre los periodistas para que le planteasen sus preguntas, creando un particular caos de cámaras e informadores que lo siguieron por la sala durante una hora.

Las preguntas más numerosas fueron sobre la crisis de Cataluña. Serrat, un ídolo en su región de origen, se posicionó contra la independencia catalana, y eso lo ha convertido en blanco de muchas críticas. Ayer no rehuyó el tema y declaró que “el independentismo está en un callejón sin salida y no quiere reconocerlo”.

Pese a estas declaraciones de alto contenido político, Serrat aclaró que sólo habla porque como personaje público de referencia, cree que uno no debe dejar de dar su punto de vista, aunque éste pueda desagradar a parte de sus fans. Sin embargo, se revolvió cuando se le plantearon cuestiones acerca de su capacidad de influir sobre muchas personas en España y América.

“Yo no estoy para dar mensajes. Bastante tengo yo. Más que mensajes, doy compañía. Hago canciones para hacer compañía, y no subo al escenario a dar lecciones”, dijo.

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