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Las fiestas decembrinas están por llegar y si hay un elemento fundamental en ellas, además de las piñatas, el ponche y las posadas, es la música de Los Ángeles Azules que ambienta estas celebraciones no sólo en las zonas populares sino a todo nivel social. Ellos saben que es un logro.

“Es bonito pero eso conlleva una gran responsabilidad de seguir gustándole a la gente y sacando temas que sean de su agrado. Para nosotros es un compromiso porque les hemos entregado un producto muy bueno, con sinfónica, con duetos poperos, roqueros, de todos los géneros, creo que ahora el reto es saber qué van a sacar Los Ángeles Azules”, dijo Jorge Mejía, acordeón, teclado y compositor.

La razón por la que esto ha sucedido, dicen, es que las letras de sus canciones son universales, característica que según Jorge, las ha vuelto clásicas, además del estilo de cumbia de Los Ángeles Azules.

Pero en estas fechas, cuando todos se encuentran festejando, para ellos es momento de trabajar subiendo a escenarios como bailes llaneros, fiestas patronales e incluso grandes foros, como sucederá este 15 y 16 de diciembre en el Pabellón M en Monterrey, Nuevo León; o el 30 de diciembre en Mega Feria Imperial en Acapulco, Guerrero.

“El 24 de rigor lo pasamos en casa, pedimos el día porque es la ocasión en la que nos reunimos toda la familia, como sucede con la gran mayoría. Hacemos nuestra cena de Navidad con nuestros padres y el 31 casi siempre lo trabajamos, a veces hasta el primero de enero”, declaró Guadalupe Mejía, quien toca el piano y el guache.

Su hermana Cristina, quien lleva el ritmo con la guacharaca, explicó que a pesar de que es algo común trabajar en estos días, extrañan estar presentes en las reuniones familiares que se realizan en época decembrina.

Alfredo Mejía, teclado y acordeón de Los Ángeles Azules, consideró que tal vez las cosas no serían distintas si se quedaran en casa en diciembre, porque muchos de los integrantes de esta agrupación tienen ya hijos mayores y casados que sólo se quedan un rato en casa porque tienen que ir también con la familia política, entonces están juntos únicamente a ratos.

“Pero vale la pena el sacrificio, estamos aquí (en el escenario) por la vocación de todos, es lo que amamos y es lo que ha hecho Los Ángeles Azules desde niños prácticamente, entonces creo que vale la pena y el cariño de la gente es igual de grande”, dijo Alfredo.

A punto de terminar el 2017, Cristina cree que fue uno de los mejores años para la agrupación, porque no sólo tuvieron proyectos masivos —como el concierto que hicieron en el Auditorio Nacional en noviembre, en el que abarrotaron el recinto, y que esperan volverlo hacer el próximo 25 de enero— sino también porque sus familias tienen salud.

Por eso esperan que el 2018 sea igual de bueno, empezando por el disco con temas inéditos que ya están preparando para estrenar.

Cuando se les preguntó sobre qué habrá de cena en sus casas el 24 de diciembre, Guadalupe sonrió y aceptó que aún no tienen planeado nada, pero que algo se les ocurrirá.

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