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jose.montoya@eluniversal.com.mx
Carlos Santana tiene más de 50 años de carrera pero afirma que aún tiene mucho que ofrecer y explorar.
El guitarrista habló del significado que tiene en su carrera el hecho de ser considerado por muchas personas como un icono de los latinoamericanos en Estados Unidos y también a nivel internacional.
“No siento presión porque yo no soy de ningún equipo. Yo represento la presencia de Dios y la presencia de los corazones, Santana es una banda universal, así que no tengo ninguna presión para complacer a una nación o a una bandera, para mí todo es una familia y así me siento más claro y confortable, de que yo no veo división o separación, banderas, fronteras y patriotismo, para mí eso es muy primitivo. Yo nada más veo los corazones de la gente y siento dolor ajeno igual, de toda la gente del mundo”.
El músico subrayó que más allá de los premios, nominaciones y títulos que pueda conseguir, él quiere que su música conecte con las personas y saque lo mejor de ellas.
“Me encantan los principios de Bob Marley y los de John Lennon; para mí, lograr algo es encender los corazones y la mente con la luz que tienen ellos mismos en su corazón”.
El músico contó que hace cuatro años anhelaba presentarse otra vez en Maracaná en la Copa de Oro, “y le puse eso al universo y Dios me lo dio, tocamos ahí con Wyclef y Shakira. Todo es posible, no hay imposible con la voluntad de Dios”.
Santana, quien será parte del Festival Vive Latino el próximo 16 y 17 de marzo, además de preparar presentaciones para Puebla y Guadalajara en el mismo mes, explicó que trabaja en un disco que verá la luz este año y donde los sonidos africanos le han influido de manera particular.
“Escucho música africana y música de Miles Davis, especialmente la música africana porque de ahí me agarré desde que estaba chiquito. Mi padre me enseñó a tocar el violín y la música que me enseñaba es la que en México se hizo como de Agustín Lara, de Toña la Negra, Pedro Vargas; en algún tiempo le dijeron música tropical, ahora le dicen salsa. Pero es música africana que viene del Caribe, de todas esas islas como Puerto Rico o Cuba, para mí eso siempre ha sido mi fascinación y mi vocación”.
Santana resaltó como un milagro poder grabar 49 canciones en 10 días, con mucha furia y mucha energía.
“Como siempre, cuando empezamos a tocar, no sentimos años ni el peso de la gravedad ni tiempo. Cuando estás inspirado no sientes presión y se te caen los años, así como un perro sacude el agua, uno sacude los años y puedes compenetrar con una energía vibrante”.
Pero, ¿en qué género no se atrevería a tocar o a cantar Carlos Santana?
Piensa unos segundos: “El único género que yo no hago es plástico, sintético y que no tenga corazón. Todo lo que tenga corazón me afecta, si viene del corazón, yo puedo aliarme y complementarme”.