jose.montoya@eluniversal.com.mx
Aunque es recordado más por canciones románticas como “Tocando fondo” o “No me quiero enamorar”, Kalimba quiso ir contracorriente y apostar por un género que conectara con sus raíces.
“Al final del día nos salimos un poquito de la línea de lo que está ahorita trazado por el mercado, por la parte urbana o de otro tipo de géneros y nos mantuvimos en el pop, que de hecho la canción es un funk y me gusta mucho la idea de representar un género negro llevado hacia el pop”.
Kalimba, quien lanzará en octubre próximo su nuevo disco titulado Somos muchos y venimos todos, además de preparar una gira de conciertos con la que llegará al Teatro Metropólitan el 17 de noviembre, dijo que contrario a lo que muchos pensaron, no ha dejado de trabajar.
“Lo que pasa es que estos cuatro años estuvimos de gira con Cena para desayunar y la gente siguió pidiendo más conciertos. Creo que la canción es la correcta y que me representa, realmente me gusta y disfruto muchísimo todo lo que estamos exponiendo ahorita”.
El intérprete adelantó que probablemente haga una participación en la próximo concierto del 90’s Pop Tour y aclaró que más que molestarse con las comparaciones con Bruno Mars, él lo toma a broma y afirmó que incluso muchos de los artistas con los que sueña con trabajar son de distintas partes del mundo.
“En algún momento fui el Lenny Kravitz mexicano, ahora soy el Bruno Mars y si no, hubiera sido otra vez el Justin Timberlake, que también ya me tocó. Una comparación con un buen artista siempre es buena.
“Me fascina Leonel García, siempre he sido su fan; de Natalia Lafourcade, me gustaría grabar algo con Pablo Alborán también, me fascina Fito Páez, es un sueño guajiro pero sería una locura y en Estados Unidos me gusta mucho lo que hace John Mayer, mientras más loco se vuelve mejor me cae, entonces estaría bueno grabar algo con él o con Justin Timberlake, creo que disfruta del escenario como yo, me identifico mucho con verlo crear y pensar en cosas relativamente simples pero llenas de grandezas”.
El cantautor subrayó que como todo artista, la inspiración muchas veces viene de los lugares más inesperados. En su caso, de su hija Aitana, de 10 años.
“Me voy conociendo como papá y como ser humano y te confieso que ella es una de las cosas que va purificando mi vida.
“Ahora con Mikha igual, que es mi primer varón, quiero ser un hombre que él quiera imitar en un futuro. Mis hijos son esa parte que me llena, escribir para ellos es precioso y natural”, aseguró el cantante.