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El Hell and Heaven dio inicio con las medidas de seguridad mínimas contra el Coronavirus .
En el primer control, dónde reciben al público y autos, los encargados sin cubre bocas ni guantes de látex y el gel antibacterial brillaban por su ausencia.
Una vez pasando dicho lugar, la caminata por terracería es larga para llegar a la taquilla, en donde los rockeros de alma negra son recibidos por una mujer sin cubre bocas y sin gel.
La siguiente parada es ya el control de acceso al Centro Pegaso, donde el primer retén está encargado por escasas cinco personas que solamente piden los boletos. Luego, se encuentra una valla de metal donde otras cinco personas sin cubrebocas vuelven a pedir boletos, pulseras VIP, sin revisar nada.
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El tercer retén es donde la fila se hace más larga, ya que aquí la revisión pasa por unas mesas donde el personal pide abrir mochilas para quitar toda clase de botellas y bolsas de plástico. Hasta este momento aparecen botellas pequeñas de gel antibacterial, de esas que se consiguen en cualquier farmacia, sin embargo nadie las volteaba a ver ni las ocupaba, sólo una mujer, quien no quiso ser entrevistada, se puso en las manos y también en su rostro traía el cubrebocas.
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En el área de los baños, hay lavamanos, pero sólo las mujeres los utilizan. Y mientras Asesino termina su turno en uno de los tres escenarios lanza una recomendación:
"¡Que tranza culeros con su coronavirus , no sean putos, vámonos a morir tooooodos!", gritó el vocalista mientras la banda gritaba un fuerte "¡Aaaaahuevo!".
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La décima edición del Hell and Heaven está cocinándose, Loudnes en el escenario principal a penas si prende, pero las chelas corren por todos lados y sólo un repartidor si entendió que debía cubrirse el rostro.
fjb